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Festival Internacional en el Camino de Santiago | L’Hostel Dieu. Ciuadadela de Jaca.

L’Hostel Dieu propuso un espectáculo de vanguardia sin renunciara los clásicos de la música barroca. FICS

FugaCités se estrenó en octubre en el festival de Valonia, en Bélgica, y llegó a Jaca la noche del pasado sábado listo para su bautizo aragonés dentro del XXXII Festival Internacional en el Camino de Santiago que organiza Diputación de Huesca. La especial cita fue en el espacio de los Polvorines de la Ciudadela de Jaca, que a más sirvió como escenario y entorno único para la fiesta musical que se avecinaba. Para Franck-Emmanuel Comte, clavecinista y director artístico de Le Concert de l’Hostel Dieu, la principal baza de su actuación fue el encuentro y la mezcla entre el repertorio barroco y las disciplinas del hip hop, principalmente danza —gran coreógrafo y conector Jerôme Oussou—, beatbox —de la mano de un detallista Tiko— y slam —con un adalid verbal como Mehdi Krüger—, y con todo ello, “la conexión entre artistas muy diversos dentro de una función en la que fusionan también su talento, así como la poesía que surge de este único encuentro entre dos mundos diferentes”.

Junto a compositores tan conocidos como Purcell y Vivaldi, el público jaqués disfrutó cómo desfilaban otros autores más confidenciales como Playford, Barrière, Westhoff o Santiago de Murcia. Y es que el barroco, las calles y las avenidas de su ópera también fueron toda una aventura teatral a ser bien representada, dicha e interpretada. En éstas se sumó el vanguardismo y la metrópoli cosmopolita que aporta la cultura hip hop como arte y válvula de escape con objeto de salir de esa ciudad. Ese rechazo a encerrarse en normas aportó en la Ciudadela la metamorfosis y la irreverencia justas para celebrar la fusión sonora buscada por todo el equipo descalzo, consiguiendo recrear con sentido y sentimiento popular un hermoso puñado de partituras y afectos destinados a transgredir, sorprender e ilusionar al espectador.

L’Hostel Dieu sobre el escenario de los Polvorines de la Ciudadela de Jaca. FICS

Le Concert de l’Hostel Dieu se quedó con la emoción y el aplauso del respetable por sus puntos fuertes: su particular estilo de interpretar cada canción, su dramática y juego con cada uno de los temas, así como las interacciones varias y la generosidad viva de sus intérpretes. Todo para ir conformando encuentro y júbilo sonoro. Como bien subraya Comte, “la música barroca es ante todo una música festiva, pensada y compuesta para la danza y la celebración”. En FugaCités, cada parte del espectáculo finaliza con una danza colectiva, alegre y llena de vida. Qué mejor para maridar y brindar con la temática de esta edición que presenta el festival: Música y Fiesta.

Así, de esta forma, en los Polvorines jacetanos se pudo disfrutar de una coreografía a veces barroca, a veces circense, otras teatral, de vivas fuentes con la danza contemporánea también, que sirvió para manifestar un nuevo lenguaje de expresión de lo romántico y además de lo jubiloso, un canto monofónico expresivo que hizo la pirueta del flashback: pasar del hip hop al barroco por arte de magia y talento.

La próxima temporada será importante para Le Concert de l’Hostel Dieu porque celebra su treinta aniversario, que contará “con la reanudación de programas antiguos que han tenido mucho éxito —como el Ballet Folia—, y también con la creación de nuevos proyectos, así como la grabación de dos nuevos discos”. Para la formación, el movimiento de recuperación de la música barroca se encuentra en un punto de inflexión: “Creemos que es importante darle nueva vida, imaginar nuevas colaboraciones y, sobre todo, atraer a un público nuevo, más joven y variado. Para ello, la idea de cruzar disciplinas y estilos artísticos es una buena idea, ¡pero no la única! Deberíamos también centrarnos más en sensibilizar a los menores y al público alejado de la oferta cultural. En resumen, los agentes del sector deben pensar en mostrar más pedagogía e inventiva”, apunta Franck-Emmanuel Comte con buen tino.

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