Fotografía de Miguel Ramón Henares que ha inspirado esta crónica sobre los Sbandieratori y la Catedral de Jaca. MIGUEL RAMÓN HENARES
Los Sbandieratori Ducato Caetani forman parte desde hace años del paisaje del Festival Folclórico de los Pirineos, son parte de la “familia”, una foto fija en los recuerdos de las generaciones que han crecido con la cita folclórica. No bailan y su música no es melódica, pero su puesta en escena y sus habilidades con las banderas que lanzan al aire de una manera tan sencilla y natural a la vista como compleja en la ejecución, siempre han obtenido el reconocimiento y el aplauso del público jacetano, que se emociona cuando los ve desfilar girando las pequeñas empuñaduras sobre las que cuelgan telas con estampados amarillos sobre fondos rojos y azules.
Su espectáculo reproduce las celebraciones que tenían lugar en el siglo XVI, cuando se ejecutaba el arte de los “sbandieratori”, descrito como un arte militar en algunos códices de la época, en el que la bandera era un arma que se combinaba con la espada.
Ubicados en el antiguo ducado de Sermoneta, los Sbandieratori Ducato Caetani trabajan implicando a gente joven y descubriendo los valores tradicionales del folclore, así como difundiéndolo en festivales internacionales como el de Jaca. El grupo está formado por una veintena de miembros: portadores, trompeteros, redoblantes y abanderados que desfilan por las calles.
Sus ejercicios se basan en coreografías con formaciones coordinadas con una o dos banderas que realizan diferentes esquemas militares con lanzamiento, acompañados musicalmente por tambores y trompetas que evocan a épocas antiguas.
La descripción sobre los Sbandieratori Ducato Caetani que aparece en el programa del Festival Folclórico de los Pirineos, del que se han extraído estos datos, está ilustrada con una fotografía en la que aparecen desfilando en el Vaticano, en Roma, en un espacio cargado de simbolismo e historia, como también lo es para nosotros la plaza de la Catedral de Jaca, donde esta mañana han mostrado una de sus exhibiciones, un momento que ha captado de manera extraordinaria, y desde una perspectiva tan vistosa como sorprendente, el fotógrafo Miguel Ramón Henares. De la serie de instantáneas que ha realizado, hay una que destaca sobre el resto y que llega a emocionar por su plasticidad y armonía, pero también porque en ella se resume por completo lo que es y representa el Festival Folclórico de los Pirineos.
En el centro de la escena, aparece un “sbandieratori” con la cabeza erguida, concentrado, mirando la bandera que acaba de lanzar al cielo cuando ha alcanzado el punto más alto, antes de iniciar la caída; mientras, sus compañeros –los redoblantes y trompeteros, de pie; los abanderados, en cuclillas– siguen expectantes la trayectoria del lienzo rojo y amarillo, apostados y trazando una línea recta perfecta junto al atrio sur de la catedral. El público aparece agolpado en ambos extremos, formando una uve que se va alejando hacia el fondo, como un punto de fuga que se pierde en el infinito. La luz blanca de las nubes, con alguna pincelada azul, y la composición del paisaje, en este caso la plaza y la catedral, completan una de esas estampas que quedarán para el recuerdo y que reforzarán todavía más ese cariño y ese sentido de “pertenencia” que Jaca y el Festival Folclórico muestran hacia los “sbandieratori”.