
Carlos Lacambra tras interpretar la jota al Nazareno y la Virgen de la Soledad en la pasada procesión del encuentro, en Jaca. EL PIRINEO ARAGONÉS
Las asociaciones folclóricas y musicales de la Jacetania lamentan la reciente pérdida de Carlos Lacambra Recaj, militar de profesión y músico de corazón, uno de los referentes del folclore jacetano, miembro activo del Grupo de Jota Uruel y muy querido por el resto de agrupaciones locales relacionadas con la jota, género que cultivó con entrega y que gozó con toda la pasión y emoción con la que se vive y se siente nuestro cante y baile más popular.
Lacambra falleció en Zaragoza el pasado viernes, 21 de julio, a los 57 años, a consecuencia de un cáncer. Tenía esposa y un hijo.
Sus compañeros y amigos del Mando de Tropas de Montaña de Pamplona, unidad en la que estaba destinado, y del Grupo de Jota Uruel lamentan profundamente su fallecimiento, una muerte que ha trascendido al resto de la ciudadanía, ya que Carlos Lacambra era una persona muy conocida y querida.
Él fue el que adaptó, para la procesión del Lunes Santo, un tema de Ángel Giménez (letra y música), titulado La promesa de amor, que cada año suena desde la balconada situada frente a la catedral en el momento en el que el Nazareno y la Virgen de la Soledad celebran el encuentro. Yolanda Ascaso y la rondalla, de la que formaba parte, ponen voz y música a “las lágrimas de dolor” de la Virgen, esculpiendo en el silencio palabras que cobran mayor sentido en estos instantes: “yo te canto en oración”, “hoy te rezo con la jota de Aragón”…
En las redes sociales, se han podido leer durante estos días mensajes evocadores resaltando las cualidades humanas y musicales de Lacambra, como la jota que le ha dedicado su querido grupo Uruel: “Cuando se marcha un amigo, es triste la despedida, pero se queda el recuerdo, que no se borra en la vida”.
El grupo “llora amargamente la muerte de un buen compañero y mejor persona”, un hombre “humilde, generoso y alegre” y que era “más que una voz y una guitarra”.
“Era un maestro, un preceptor, una fuente inagotable de sabiduría y amor por la jota, pero, por encima de todo, un corazón: el de una persona valiente y fuerte hasta el último suspiro, el de un hombre entregado, amante de nuestras tradiciones y de la música”.
Sentimientos que son compartidos por el Grupo Folclórico Alto Aragón, que define a Carlos Lacambra como “un gran cantante y mejor persona”; y la Banda Municipal de Música Santa Orosia de Jaca, que le recordará por muchas cosas, pero sobre todo por su “arte al cantar” y por haber sido “una excelente persona”. “Allá donde vayas, la música siempre te acompañe”, es el deseo de los músicos de la banda jaquesa.
Tampoco puede faltar el recuerdo del Grupo Folclórico Val d’Echo, que definen a Lacambra como “uno de los embajadores de la jota chesa, que siempre transmitía con especial sentir”. En una nota que se publica en esta edición de El Pirineo Aragonés, le mandan una dedicatoria donde queda reflejada su esencia como persona y amante de la jota: “Por lo muito y poliu, que has amostrau siempre, las nuestras cantas” (por lo mucho y bonito, que has enseñado/cantado siempre, nuestras jotas).