Para ver este sitio web deber tener activado JavaScript en tu navegador. Haz click aqui para ver como activar Javascript

“Lo importante es que el lector recibe el mensaje que el autor tenía en su mente cuando se puso a trabajar. La esencia sigue siendo la misma, cambia el modelo productivo”

La IA es una tecnología que mejora nuestra productividad diaria gracias a la automatización de los procesos.

En el artículo anterior comentaba la necesidad del establecimiento de unas normas en la IA (inteligencia artificial). Una regulación que dé respuesta a la gran cantidad de dudas generadas, las cuales afectan directamente a pilares básicos de nuestra sociedad.

Mientras tan necesaria regulación llega, la verdad es que nos lo estamos pasando muy bien explorando las posibilidades que ofrece este fascinante mundo. Hace varios meses que tuve mi primera experiencia con Chat GPT y desde ese mismo momento incorporé esta tecnología, junto a otras de IA Generativa a mis rutinas diarias. Si es usted lector habitual de esta columna, sabrá que soy fiel defensor de la tecnología, la cual nos hace la vida más cómoda de forma sencilla.

En este caso se trata de una tecnología que mejora nuestra productividad diaria gracias a la automatización de los procesos. En este caso, escribir un artículo.

Si es usted lector habitual de prensa digital, recordará que, hasta hace poco menos de un año, había en muchos medios digitales artículos mal escritos. No es que hubiera errores ortográficos, no. Eran oraciones mal construidas o palabras fuera de contexto.

Tal como aparecieron desaparecieron. En realidad, no; se camuflaron. Aquellos artículos “mal” escritos eran la pista de entrenamiento para los bots que ahora redactan ese mismo artículo, pero el lector es incapaz de dictaminar si ha sido escrito por una máquina o por una persona. Cuanto más temático es el tema, mejor funciona.

Actualmente Chat GPT-4, ofrece textos muy bien redactados de forma automática. Textos que pueden ser muy útiles para automatizar el posicionamiento orgánico (SEO) de una empresa en internet.

Personalmente sería incapaz de publicar un artículo recién salido de Chat GPT, sin embargo, he de confesar que, en artículos anteriores, no en este, les he colado algún párrafo sin maquillar. Ruego disculpen mi atrevimiento.

ANTES, para realizar una investigación sobre un determinado tema acudíamos a Google. En función de la información obtenida tras el análisis de varias fuentes, construimos nuestro relato.

AHORA, Chat GPT, en función de unas instrucciones (prompts) que le indico, se encarga de hacer la investigación y entregármela bien redactada, en el tono adecuado y con la extensión deseada. Un texto que puedo reescribir tantas veces como quiera hasta hacerlo mío. El resultado aproximado será que el 70% del artículo habrá sido redactado por Chat GPT, mientras que el otro 30% será de mi puño y letra.

No hay nada malo en ello, simplemente estoy usando tecnología para agilizar un trabajo, lo importante es que el lector recibe el mensaje que el autor tenía en su mente cuando se puso a trabajar. La esencia sigue siendo la misma, cambia el modelo productivo.

Algo fascinante es que, con el uso, Chat GPT se vuelve cada vez más eficaz. A través del análisis de artículos anteriores, el algoritmo estudia la estructura gramatical de mis textos en busca de patrones o muletillas que incorporar a su lenguaje. De esta forma cada vez me entrega borradores más precisos, borradores más míos.

No hay comentarios todavía

Los comentarios están cerrados