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125 AÑOS

Abril 1898

El corsario español que era temido por los piratas durante la dominación americana. SE

Ya hemos indicado anteriormente que la misión del corsario en el mar es análoga a la del guerrillero en tierra, y notoria es la importancia que en España han tenido en todo tiempo las guerrillas. De ello dan testimonio las dos guerras civiles, que sostuvieron en el siglo actual por una cuestión al parecer baladí, cual es, si ha de mandarnos Juan o Pedro; principalísimo papel ha desempeñado también en la guerra de la Independencia y en la lucha con el imperio de Marruecos el año 1859.

Pues bien; el corsario solicita del gobierno una patente, arma particularmente un buque para perseguir piratas, coger buena presa, naves mercantes o de guerra, y destruir puertos y factorías de la nación enemiga.

Equipáranse sus jefes y la tripulación a diversas categorías de la Armada y deben ser tratados como prisioneros de guerra en el caso de ser apresada la nave en que surcan los mares. Los países amigos o neutrales les dan hospitalidad facilitándoles toda clase de recursos. Tienen opción a fuero de guerra, premios en metálico por meritorio comportamiento, honores y otras distinciones, donación de terrenos, participación en las mercancías apresadas y a cuantas recompensas se hicieran acreedores por acciones de guerra.

Calcúlese por ello cuánto fruto puede sacar del corso el genio español, por tradición aventurero y arriesgado (…)

De ahí que se piense en el corso, fuerza imponderable de los países débiles, que puede sernos de inmensa utilidad si al fin se lanzan los Estados Unidos a los azares de una guerra con España. Podrán presentar una formidable escuadra, pero en detalle les venceremos, porque nuestros marinos superan a los suyos en valor, arrojo y patriotismo.

Firmado: MARCO TULIO
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