125 AÑOS
Marzo 1898
Entrada del Maine al puerto de La Habana en marzo de 1898. SE
Cualquier cosa es preferible a la situación actual. El gobierno manifiesta estar muy confiado en soluciones optimistas; la prensa extranjera nos dice que la guerra se avecina; los valores públicos confirman con sus oscilaciones esta última creencia; y España entera vive en continuo sobresalto, sin saber quién tiene razón, si los ministeriales, interesados en desvanecer todo género de sospechas y en presentar del modo más risueño el porvenir, o los que desde fuera de España ven con más claridad a donde se encaminan los Estados Unidos con sus aprestos militares y sus deseos de provocar un conflicto para apoderarse de Cuba.
Un día vienen impresiones favorables a la paz, porque se supone que el emperador Guillermo ha jurado oponerse a las ambiciones yankées mientras viva; otro día llega la amenaza, como sucede hoy, de la que el informe sobre la voladura del Maine es desfavorable a España, creyéndose que nos van a exigir una nueva indemnización tras de la cual vendrá la guerra.
Los fondos bajan y los cambios suben tan altos como jamás estuvieron.
El estado de opinión es aquí una serie de vaguedades, y al otro lado del Atlántico, en los Estados Unidos, una verdadera algarabía de desplantes y vociferaciones, que ha despertado el interés y la curiosidad de Europa.
El gobierno español comparte hoy sus tareas en dos labores, la de atender a las próximas elecciones y la de procurar la calma a los ánimos asegurando que aquí no pasa nada.
Pero los barcos de guerra van y vienen, se hacen preparativos guerreros aquí y en los Estados Unidos; se habla con toda claridad de la ruptura de hostilidades, se señala fecha para la misma y seguimos todo sin saber una palabra, y temiendo que el día menos pensado nos sorprenda una grave complicación, de la cual, ya nos lo dice la prensa europea, tenemos que salir contando con nuestras fuerzas.
La situación es de lo más difícil que puede concebirse y valdría más salir pronto de dudas porque es imposible continuar en semejante incertidumbre.