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Todo a la vez en todas partes (Everything Everywhere All at Once, 2022)

Duración: 139 min. País: Estados Unidos. Dirección:Dan Kwan, Daniel Scheinert: Daniels. Guion: Dan Kwan, Daniel Scheinert: Daniels. Música: Son Lux. Fotografía: Larkin Seiple. Reparto: Michelle Yeoh, Ke Huy Quan, Jamie Lee Curtis, Stephanie Hsu, James Hong, Tallie Medel, Harry Shum Jr., Jenny Slate, Anthony Molinari, Audrey Wasilewski. Productoras:A24, AGBO, Hotdog Hands y Ley Line Entertainment.

Cuando una ruptura interdimensional altera la realidad, Evelyn, una china emigrada a los Estados Unidos, se verá envuelta en una aventura salvaje, en la que solo ella podrá salvar al mundo. Luchará contra los extraños y desconcertantes peligros del multiverso, pleno de fascinantes mundos paralelos.

Para escribir esta crónica, hemos tenido serias dificultades. El primer visionado nos deja en estado de shock, al dudar sobre lo que acabamos de contemplar: o no nos ha gustado, o, por el contrario, es una maravilla. Debates entre una opinión u otra. Existen escenas delirantes, absurdas, cómicas, que no se sabe si deberían pertenecer al metraje, y que, acaso no aporten nada. También, momentos del más puro cine de artes marciales, con despliegue de coreografías de lucha, muy sofisticadas. Y saltos a realidades paralelas. Un puzle, que va encajando a medida que nos acercamos a su final. Cierta rara sensación al término.

Posteriormente, intentando sobreponernos, y ya con una reflexión más serena, el cerebro intenta buscar analogías, films que sean como este, que sirvan de guía para evaluar. A la mente nos vienen enseguida Matrix y Sense8. De alguna forma están presentes, con claras referencias, y multitud de guiños. Reposando, y no tomando muy en serio el film, surge el recuerdo de Brazil, de Terry Gilliam. Así, parece que ya hemos encontrado referente para comparar, o al menos comprender, qué hemos visto en la pantalla. Acto seguido, evocamos El sentido de la vida, de los Monty Python, porque ambos buscan el sentido de nuestra existencia: saber por qué y para qué estamos en este mundo, o en cualquiera de los que existan a la vez. El amor, la familia, las decisiones que hemos tomado… Y cuando llegan estas ideas, ya comenzamos a considerar que puede ser un gran film, que contiene algo especial, que nos deja poso y huella.

El multiverso, por otra parte, ya estaba inventado. Con cada nuevo universo, una historia dentro de otra historia, igual que las muñecas rusas. Lo hallamos en El manuscrito encontrado en Zaragoza, de Wojciech Has, 1965, donde, igual que en el film, existen diferentes narradores y distintos puntos de vista.

Los Oscar de Hollywood han cambiado, produciéndose un relevo generacional importante. Apostando por un cine que roza lo experimental, lo sensitivo, abstracto en algunas ocasiones, y que plantea retos visuales y conceptuales al espectador. Ganadora de las siete estatuillas más codiciadas del cine, con clara reivindicación de la actriz protagonista, Michelle Yeoh, despreciada en Tigre y Dragón. Y las segundas oportunidades que da la vida, para quien fue uno de los Goonies, y ahora se ve con un Oscar. Lo mismo para Jamie Lee Curtis, también premiada. A pesar de tener que sobrevivir haciendo secuelas de terror, ella ha recibido, por fin, el reconocimiento de que es una gran actriz.

Film que no intentamos valorar, porque cada cual dará su opinión. La crítica lo llena de alabanzas, mientras el público no lo tiene tan claro. Puede suceder que el espectador medio no sea tan moderno y no acate tan rápido los cambios, o se muestre más conservador de lo que pensamos.

Nadie
Damsel
Girlboss
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