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Antiguo mapa de unión de estaciones a través de la Canal de Izas.

A los más radicales defensores de la naturaleza virgen les preocupa la telecabina de la Canal Roya, pero ya puestos, rechazan nuevos remontes vertebradores. Dicen que la ganadería extensiva durante siglos ha tenido un mínimo impacto en los ecosistemas; que abandonar el monocultivo de la nieve es necesario para un turismo viable; y hablan de urbanización irreversible por los nuevos remontes. Tres afirmaciones desafortunadas, sobre todo la de la ganadería extensiva, actividad que por sí sola conduce a la despoblación. Creo en el cambio climático, pero no me parece que sea cosa de proponer dejar de construir en ciudades ya gravemente contaminadas o en las comunidades más cálidas. La nieve podrá faltar los años en que en éstas últimas se alcancen más de sesenta grados en verano. De momento, en mi comarca, que funciona como una ciudad dispersa, disponemos de rentas y puestos de trabajo en buena parte debidos al turismo, que no serían los mismos sin la nieve y aspiramos a inversiones que eviten agravios comparativos. No se pueden generalizar sin matices las críticas a iniciativas encaminadas a mejorar el empleo y la economía de las comarcas; a llenar la España vacía. Excluyo de mis críticas, sin embargo, algunas limitaciones conservacionistas que en general comparto y me sorprende que no se oponga nadie a pasarelas como la del desfiladero del río Caldares y tirolinas que desestacionalizan el turismo, pero exigen abrir caminos para montarlas.

Las entregas que preceden a esta han sido escritas para justificar las aspiraciones del alto valle del Aragón que voy a enumerar. Las de la nieve y las que mejoren sus accesos. El mapa adjunto, editado hace muchos años, hace pensar en los años perdidos. La telecabina por Izas, la base de los remontes entre la estación de Canfranc y Rioseta ya se proponían entonces y resulta sorprendente el olvido mediático del primero. “Un plan para abrir Canfranc a la nieve”, se titulaba un artículo en marzo de 1999. Días después se celebraba en Canfranc un referéndum en el que un 77,5 % de la población se mostraba favorable al proyecto turístico, avalado por Renfe, Ibercaja y la DGA, que preveía una estación de esquí en el valle de Izas, la rehabilitación de la estación de Canfranc y la interconexión entre Astún y Candanchú. El mes anterior el Consistorio aprobaba un Plan Especial para permitir la construcción de una estación de esquí en Izas y la DGA  se mostraba “favorable a los planes urbanísticos necesarios y a los elaborados en torno a la estación ferroviaria”. El valle de Izas no sufriría especial deterioro, ya que, para acceder al dominio esquiable hasta el collado que linda con Formigal –en mi anterior escrito escribí que un remonte inmediato está en el valle francés de Izas, cuando debí decir en Formigal– estaba prevista una telecabina desde la explanada de la Estación o con una parada intermedia cerca del hotel Santa Cristina, desde donde se produciría la conexión con Astún y Candanchú. La conexión más barata, menos contaminante y más cómoda. ¿Cuántas veces han leído en los veinticuatro años siguientes, articulos o opiniones en los medios que se refiriesen a lo anterior? Y miren que no han faltado “reivindicaciones irrenunciables”.

Aunque no coincidan exactamente con el mapa, enunciaré el despliegue de medios aéreos al que creo debería aspirarse a corto o medio plazo, siempre con Canfranc como referencia, con su estación y su gran hotel, el Laboratorio Subterráneo y el Centro de Coordinación Policial y Aduanera de Canfranc-Urdós. Y completaré mi análisis con otras reivindicaciones necesarias y también olvidadas: cómo acceder a las pistas con menos problemas en el acceso carretero y ferroviario.

Rioseta debe ser una etapa en la comunicación con Candanchú y Astún. Allí hay un espacio aprovechable para aparcamientos desde donde podría partir un remonte a la inmediata cumbre del Tobazo, desahogando los accesos. A los acuerdos con los militares para ocupar más terreno ya me referí y no los repito. A lo largo de la carretera, desde Canfranc hasta allí, podrían despejarse otras zonas para aparcamientos. Con esto y un telecabina o teleférico desde Canfranc a La Raca los accesos a las pistas se pondrían a un nivel comparable al de los valles de Tena y Cerler-Castanesa. Más al sur, en Villanúa, donde el valle se abre, plantear amplios aparcamientos y prever autobuses-lanzadera en temporada, es tan importante como lo anterior.

Un olvido mediático similar han sufrido los desplazamientos carreteros y ferroviarios de muchos aficionados a la nieve. Carece de sentido que los que suben desde Zaragoza en tren tengan que pasar por Tardienta y Huesca después de que se cerrara la vía directa por el río Gállego. Cuarenta y siete kilómetros de rodeo inútil apenas reclamados, y ya va siendo hora de hacerlo. Lo de los accesos carreteros es más grave, porque resulta escandaloso tener que subir más alto y dar un rodeo para pasar, si no hay problemas, por Monrepós, cuando hubo una carretera nacional por Bailo, con un puerto cómodo y 400 metros más bajo, y una carretera internacional, la de Zaragoza a Francia por el puerto de Oroel, también a menor altura. Un nuevo trazado para esta última figuraba en el Plan Red entre las vías estructurantes adjudicadas en 2009 en contratos anulados después a costa de indemnizaciones millonarias. Entre ellas estaba el tramo entre Biescas y Formigal y nada menos que las dos carreteras desde Ayerbe a Zuera y a Ejea. Miren el mapa. El Ejecutivo regional, que conserva los proyectos debería proponer en la próxima legislatura lo que fue desechado en su día y las comarcas afectadas deberían incluirlos en sus programas.

Firmado: CARLOS GARCÍA MARTÍNEZ
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