“En pleno debate de la unión de Astún-Formigal con un controvertido, y caro, proyecto a través de Canal Roya, la unión de esta singularidad, los dos circuitos Somport-Candanchú, que se puede solucionar alrededor de una mesa de conversaciones parece imposible”

Circuito de esquí nórdico conjunto Somport-Candanchú en 2016. EL PIRINEO ARAGONÉS
Animado por la noticia que aparecía en portada de este semanario el pasado viernes informando de la visita de la Asociación turística del Valle del Aragón en estas líneas expongo algunas de las ideas que la lectura de dicho artículo me sugirió.
El conocido como esquí de fondo, también llamado nórdico, es el hermano menor del esquí alpino en número de practicantes, en nuestro país, y por tanto de menor importancia económica. No hay duda de ello. Aun así, a los que habitando en Jaca y lo practicamos desde hace cincuenta años nos cuesta entender que la actividad turística y deportiva que ofrece el conjunto Somport-Candanchú haya merecido tan poco interés en nuestro territorio y en nuestras instituciones locales. Y eso a pesar de que el conjunto Somport-Candanchúes quizá la mejor oferta de esquí de fondo de todo el Pirineo español y la segunda mejor de ambas vertientes de la cordillera, según número de usuarios. Situado a una altitud ideal, para nuestra latitud, de 1.600 metros, con los mejores accesos debido a los compromisos de mantenimiento de la carretera internacional N 330, tiene 25 km en su recorrido más exterior que discurren por las vertientes española y francesa, único en todo el Pirineo, lo que ofrece una variedad de paisajes entre el bosque de hayas y abetos del lado francés y el sol de los llanos de la rinconada de Candanchú; en ambos lados existen instalaciones únicas en el Pirineo: un campo de tiro para la práctica de biatlón, en la parte española y un edificio de acceso a pistas por la entrada francesa nuevo, moderno y extraordinario, cuyo conocimiento fue el motivo de la visita de la ATVA. Ambos lados cuentan con un buen parque de máquinas y conocimientos para preparar las pistas. La parte francesa es ideal para disfrutar del esquí en bosque, la de Candanchú, más deportiva, es, sin duda, el mejor en todo el Pirineo, para disputar las carreras regionales, nacionales e internacionales, como ya ha sucedido en numerosas ocasiones en los años pasados. En una temporada normal, por la entrada francesa acuden unas 40.000 personas, el 80% españolas que acceden por el valle del Aragón, unas 1.600 cada domingo, 200 escolares españoles la disfrutan diariamente en su lado francés.
De todo esto se ha informado muchas veces a los responsables de las instituciones locales animándolas a que a pesar que su importancia económica sea menor, mucho menor, asuman esta actividad como una de las ofertas singulares durante las temporadas de esquí en todo el territorio español, y nada desdeñable tampoco desde el lado económico, todo suma.
Pero el motivo de este escrito es informar a los lectores de esta página de que a pesar que durante muchos años ambos circuitos han estado unidos, es decir que los escasos 60 m que separan los puntos más próximos, sin barreras geográficas, se marcaban e incluso había acuerdos entre los responsables de las dos vertientes, desde que Candanchú ha pasado a ser una empresa privada esto ya no es así. Incomprensiblemente la única instalación de esquí en toda la cordillera pirenaica que discurre por ambas vertientes no goza de ninguna ventaja de este hecho único. No hay ningún acuerdo entre ambas a pesar de que las posibilidades de acceder a fondos europeos para su mantenimiento y su mejora de instalaciones entran de lleno en las aspiraciones europeas de cooperación transfronteriza. El magnífico edificio que se ha inaugurado ha contado con el 50% de ayuda europea que de haber sido un proyecto con socio español la ayuda podría haber sido del 70%, y hubiéramos obtenido también financiación para las necesidades del circuito de Candanchú. Sesenta metros las separan, escasa distancia, pero parece insalvable. En pleno debate de la unión de Astún-Formigal con un controvertido, y caro, proyecto a través de Canal Roya, la unión de esta singularidad, los dos circuitos Somport-Candanchú, que se puede solucionar alrededor de una mesa de conversaciones parece imposible.
Sesenta metros nada más.