La Comunidad de Trabajo de los Pirineos (CTP) ha puesto sobre la mesa los problemas y obstáculos fronterizos que vive cada día la población del territorio pirenaico afectada por el cierre de varias carreteras y accesos secundarios pirenaicos, una medida que se aplicó a raíz de la pandemia, en 2020, y que persiste en la actualidad en algunos puntos de los territorios orientales y occidentales de la cordillera, en Cataluña y el País Vasco.
París mantiene clausurados hasta 9 de estos pasos –ninguno de ellos en Aragón– argumentando razones de seguridad, para frenar la inmigración ilegal, con el consiguiente malestar que la medida viene provocando en las poblaciones fronterizas y contraviniendo el espíritu que emana del Tratado de Schengen, que promueve la libre circulación de personas entre los estados; una problemática, que incomoda también a España, cuyo gobierno se reunió ayer en Barcelona con motivo de la cumbre hispanofrancesa.