La administración Sueldo Jaqués ha vendido un décimo del 72.289, agraciado con el segundo premio del sorteo extraordinario de El Niño, al que le han correspondido 75.000 euros

Elena Orella y Ana Belén Riera mostrando el número agraciado con el segundo premio del sorteo extraordinario de El Niño. SE
Cuando Ana Belén Riera y Elena Orella cerraron ayer la persiana de la administración de lotería, se sentían cansadas, agotadas tras varias semanas de intenso trabajo, primero con el sorteo extraordinario de Navidad y ahora con el de El Niño. A pesar de ello, se marcharon alegres y sonriendo, diciéndose a sí mismas: “este año sí, este año sí”, como si ya presintieran que esta vez iba a ser diferente a otras ocasiones. Y lo fue.
Ha sido solo un décimo, 20 euros jugados al número 72.289, que ha resultado agraciado con el segundo premio del sorteo de Reyes, pero ha sido el primer gran premio que reparten desde que la administración de lotería Sueldo Jaqués abriera sus puertas. Pero lo bonito y lo entrañable de esta historia no acaba aquí, sino que trasciende al propio azar y hace que la frase tan manida de que la fortuna es caprichosa adquiera todo su sentido, porque resulta que la persona ganadora y que ha sido agraciada con 75.000 euros “es muy especial”, aseguran, sin dar más detalles de su identidad; aunque por sus palabras y gestos es fácil deducir que no es una frase hecha y convencional, sino una declaración sincera que surge del afecto que sienten hacia ella. Solo es un décimo, pero un décimo para alguien “muy especial”, como si ya estuviera predestinado que el primer gran premio que Ana y Elena han repartido tuviera que ser para ese alguien tan singular. “Es una satisfacción enorme poder dar un premio en este sorteo, pero saber que la afortunada es una persona tan especial para nosotras, nos gratifica doblemente”, reconocen.
El segundo premio del sorteo de El Niño ha estado muy repartido porque se ha distribuido en más de un centenar de puntos de venta. En Aragón, además de Jaca, se ha vendido en Binéfar, Villamayor de Gállego y Zaragoza capital. La noticia de que la administración Sueldo Jaqués, ubicada en el número 10 de la avenida de Francia, había dispuesto de una parte del 72.289 se ha extendido enseguida por la localidad. Al ser día festivo, la expendeduría se encontraba cerrada, sin el revuelo que suele montarse alrededor de una administración cuando la fortuna llama a su puerta. Elena ha sido la primera en llegar, todavía agitada por la primera impresión. “¡Estoy en la nube de emoción! ¡Qué subidón tan grande!, han sido sus primeras palabras nada más descolgar el teléfono, sin conocer aún el alcance del premio que habían repartido. “Pensamos que es de máquina, pero no sabemos cuánto”, comentaba sumida bajo el efecto de lo acontecido.
Luego ha llegado Ana, y cuando los medios de comunicación se han acercado hasta el establecimiento, la persona afortunada ya se había puesto en contacto con ellas para darles las gracias. “Es un premio de terminal” y “sabemos a ciencia cierta que el dinero se queda en Jaca, lo que aún nos llena todavía más”, ha revelado Ana, que, al igual que su compañera, ha puesto el acento y ha vuelto a insistir en que se trataba de alguien “muy especial”.
Celebrando el premio en la administración: Francis Martín, Elena Orella y Ana Belén Riera. RICARDO GRASA
El otro gran premio de este sorteo extraordinario es personal. “Para nosotras supone una gran alegría porque llevábamos muchos años y [hasta ahora solo habíamos dado] premios pequeñitos, para solucionar apaños, y creo ya que nos merecíamos dar uno grande”, ha manifestado Ana, que rota la “mala racha”, como ella misma ha dicho entre risas, ahora espera que este sea un punto de inflexión, el comienzo de un nuevo tiempo en alianza con la buena fortuna. “Tenemos clientes muy fieles, que confían mucho en nosotras, pero nos faltaba algo así para demostrarles que no somos tan cenizas como nos dicen”, han comentado las dos entre risas.
Lejos del alborozo que supone dar un premio en el segundo sorteo de la Lotería Nacional más importante del año, Ana y Elena han recordado que el oficio de lotera “es un trabajo duro y de mucha responsabilidad, porque manejas un dinero que no es tuyo y nunca puede faltarte ni un euro, ni tampoco puedes equivocarte en un fraccionamiento o en una participación”. Además, “no solo es vender”, sino que “hay mucho trabajo” que hacer antes de abrir la administración y después de cerrar la persiana. “Hay que pedir lotería, gestionar las reservas, buscar clientes… Es un trabajo muy duro y, por eso, cuando nos llegan cosas como esta, compensa un poquito”, asegura Ana, que, pensando de nuevo en el alcance del premio que han dado y en la felicidad que les ha reportado, no duda en asegurar que les hubiera gustado “repartir algo más”. “Es evidente que es así, pero [también es cierto que] la persona a la que le ha tocado es muy entrañable, así que estamos contentas”, asienten embargadas aún por la emoción.