Para ver este sitio web deber tener activado JavaScript en tu navegador. Haz click aqui para ver como activar Javascript
Digitalización no es transformación digital. SE

Desde la pandemia del covid 19, términos como digitalización, transformación digital, Big Data, Machine Learning, Blockchain o Chatbot, son cada vez más habituales en los medios de comunicación, y aunque una gran parte de la población desconozca los significados y aplicaciones de estos anglicismos, son tecnologías que usamos en nuestra cotidianidad, sin que muchas veces seamos del todo conscientes de ello.

Habrá tiempo en próximos artículos de hablar de cada uno de estos términos y sus posibles aplicaciones, sin embargo, en esta ocasión quiero señalar un error bastante habitual, confundir el término digitalización con transformación digital.

Cuando hablamos de digitalización hablamos de usar una herramienta digital para realizar una acción concreta como enviar un Whatsapp, recibir un correo electrónico o crear un documento en la nube.

Durante la pandemia del covid 19, acuciadas por la necesidad, muchas empresas optaron por incorporar el teletrabajo a su cotidianidad, sin embargo, no debemos confundir transformación digital con teletrabajo. El teletrabajo es a la transformación digital, lo que el correo electrónico es a internet.

La transformación digital es un proceso mucho más complejo y profundo basado en la democratización de la tecnología. Se trata de un proceso exponencial basado en los nuevos modelos de negocio de las grandes tecnológicas, los cuales se fundamentan en ofrecer a las empresas parte de su desarrollo tecnológico en forma de soluciones concretas.

Para entender la dimensión de esta transformación, debemos comprender que cualquier PYME o institución del Pirineo, puede permitirse la misma tecnología que está usando Netflix, Google o Amazon, para resolver retos concretos de su sector.

Jamás la tecnología ha sido tan accesible como lo es ahora, y esta es precisamente la gran baza con la que cuentan las empresas para transformar sus procesos y adaptarse a las necesidades de los consumidores del siglo XXI.

Hablamos de transformación digital y quizá deberíamos hacerlo también de transformación social, porque, al fin y al cabo, lo que hace la tecnología es modificar nuestros hábitos de vida. Las personas asimilamos la tecnología a una velocidad pasmosa y una vez lo hemos hecho no estamos dispuestos a renunciar a ella. La tecnología nos hace la vida más cómoda de forma sencilla.

La tecnología crea hábitos y necesidades, por tanto, entendiendo que la tecnología no es el fin sino el medio, las empresas deben aprovechar esta situación para transformar la manera de hacer las cosas.

Competir en un entorno tan incierto como el actual implica una adaptación continua, y en ello la tecnología tiene mucho que decir. Tecnología que entre otras cosas nos permite conocer cómo cambian los gustos, hábitos y necesidades de nuestros clientes, porque sólo así, podremos crear propuestas de valor que cumplan con sus expectativas.

No hay comentarios todavía

Los comentarios están cerrados