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100 AÑOS

Febrero 1996

La actriz Carmen Cobeña en un retrato de la época.

Ha sido suficiente en Jaca el que unas veces organismos o entidades locales, y otras simples particulares amantes de su pueblo, iniciaran proyectos beneficiosos a la localidad y sus intereses, para que ellos ganaran pronto el estado de realidad. Ejemplo de ello nos ofrece el Canal, que ha modificado radicalmente, en sentido favoritísimo, la vida agrícola y urbana de la ciudad; las importantes fábricas de electricidad, que han jugado papel primordial; la Casa Asilo de ancianos desamparados, que, al par de honrar a Jaca, le crea supremacía sobre otras muchísimas poblaciones de mayor importancia, en orden al loable ejercicio de la pública caridad; al soberbio paseo de Alfonso XIII, que para sí quisieran algunas poblaciones de primer orden; el Casino de Jaca; las importantes Industrias del Alto Aragón; las distintas fábricas que dan sensación real de un pueblo trabajador, moderno y altamente progresivo; el comercio abundante y primorosamente presentado, en el cual el más exigente puede surtirse, sin necesidad de recurrir a los grandes almacenes de las poblaciones de primer orden; y ese ambiente sano y de prosperidad en que se desarrolla la vida jaquesa en general (…)

Frente a ese halagador cuadro que nos presenta y ofrece Jaca, hay un borrón que precisa ser enmendado por los hijos de la ciudad y por los amantes de ella que posean los medios necesarios al efecto. Me refiero al modestísimo local que aquí se denomina con el nombre de TEATRO.

Desde el año 1905, en que quedó hábil para su explotación el teatro que, al presente cuenta Jaca, hasta la fecha, han cambiado radicalmente las condiciones de la población y se modificaron grandemente sus necesidades, pues en el suceder de cerca de 20 años la vida, comodidades y exigencias de Jaca han sufrido gran transformación en todos los órdenes (…)

No me digan que la construcción de un nuevo teatro no tiene real eficacia bajo el punto de vista de su explotación, pues a ello opongo, entre otros que pudieran aducirse, el reciente ejemplo ofrecido cuando una compañía buenísima, como la de esa actriz meritísima llamada Carmen Cobeña, ha pisado el deficiente escenario de Variedades, y en cuyo caso ha quedado bien demostrada la cultura del pueblo jacetano, que diariamente ha llenado el local, insuficiente para la demanda de localidades (…)

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