
La regata de globos aerostáticos Jaca desde el aire volvió a mostrar su potencial y atractivo a los espectadores que durante el fin de semana acudieron a las actividades que se organizaron en torno al glacis de la ciudadela. Contemplar los preparativos antes del despegue es ya en sí mismo un espectáculo; verlos despegar y comprobar la rapidez con la que levantan el vuelo y van alejándose hasta alcanzar altura, resulta hechizante. La colaboración entre los pilotos para descargar las cestas y desplegar las velas es total, así como la implicación de las personas invitadas a participar en alguno de los vuelos. La experiencia es inenarrable, sobre todo en un día despejado y con poco viento, en el que los globos se desplazan con suavidad, permitiendo visualizar la ciudad y su entorno desde una altura y perspectiva que solo es posible captar montado en una de estas prodigiosas aeronaves. Los momentos de silencio se ven únicamente interrumpidos por los fogonazos lanzados al interior del globo para calentar el aire y no perder altura o por la conexión de radio que el piloto mantiene con tierra.