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Ilerda Antiqua ofreció un concierto sobre Las pestes y otros males en la iglesia de San Pedro de Siresa. FICS

La noche del pasado viernes la iglesia de San Pedro de Siresa acogió la celebración del concierto de Ilerda Antiqua titulado De la peste y otros males, con motivo del Festival Internacional en el Camino de Santiago, organizado por la Diputación Provincial de Huesca (DPH). Como telón de fondo, de cómo la música forma parte de la vida, “así como la vida y sus vicisitudes, gustos y modas, pensamiento, se ven reflejadas en la música de las diferentes épocas. Ver en la historia de la música el reflejo de las penurias pasadas por nuestros antepasados, así como en algunos casos, como el de La Peste Negra, que devastó la Europa medieval entre 1347 y 1352, matando a aproximadamente 30 millones de personas, dando un giro de 180 grados al pensamiento y arte europeo, a vivir y sentir de modo distinto”, destaca la soprano y directora del grupo Maria Altadill.

La curiosidad es uno de los grandes motores que mueve a Ilerda Antiqua para crear programas que puedan llegar a todo tipo de público. Estreno en el Festival, De la peste y otros males sumergió a los aficionados que abarrotaron Siresa en la Italia del s. XVII, para envolverlos después en la historia de las diferentes pestes que asolaron el mundo mediterráneo, reflejado en su música y espiritualidad, en sus personajes y tradiciones. Sucedió con el talento y la generosidad de la propia Maria Altadill, Felipe Sánchez Mascuñano, Santi Mirón, Simone Gullì y Daniel Garay, formando todo un gran equipo artístico de rescate e innovación sonora, que fue aplaudido a rabiar por todo el respetable que acudió al concierto en el valle de Echo.

“Aunque nuestros músicos proceden de diferentes partes de Europa, siempre se busca que el primero de los conciertos de nuevos proyectos se puedan estrenar en Aragón”, apunta Maria Altadill. Y así, en la iglesia de San Pedro de Siresa, Ilerda Antiquainterpretó oraciones que ya se hicieron virales en toda Europa como protección de los males que asolaban a la población del momento, y que compositores, como en el caso de Francesca Caccini con Beate Sebastiane, supieron recoger, convirtiéndolas en pequeñas obras de arte. O como una oración escrita por monjas clarisas en Coimbra en el siglo XV, que se extiende por toda Europa de manos de franciscanos y otras ordenes como antídoto a ese mal invisible. También cómo una superstición se convierte en una de las más conocidas manifestaciones de danza y música de la Europa meridional como es la Tarantella, la muestra más clara de cómo la música ya entraba en todos los aspectos de la vida.

La agrupación musical catalana, junto a la soprano María Altadill. FICAS

Entre todos los autores, la soprano catalana María Altadill destaca a Luigi Rossi: “En 1646, fue invitado a la Corte del rey de Francia. En su deseo de sensibilizar al pueblo francés, el cardenal Mazarino le encargó la primera ópera italiana escrita expresamente para una producción parisina. Orfeo, la segunda ópera de Rossi fue representada en París el 2 de marzo de 1647. Ese evento que daría a conocer la ópera italiana en la corte francesa, siendo inspiración para compositores como Lully. A modo personal, el compositor, a punto de estrenar su ópera, recibe la noticia de que su esposa ha muerto por causa de la peste que asolaba el Reino de Nápoles”.

De lo que dejó constancia Siresa es que Ilerda Antiqua sabe construir una historia musical y dar a conocer el resto de historias que envuelven cada una de las obras. La experta formación relaciona piezas musicales con diferentes manifestaciones artísticas y culturales, así como con el pensamiento de la época, y con los hombres y las mujeres que las compusieron, interpretaron y escucharon.

“Festivales como el de música antigua en el Camino de Santiago ofrecen la posibilidad de mostrar esas joyas que se van encontrando, y de nuevas propuestas interpretativas en espacios que invitan a ese descubrimiento, convirtiendo al certamen en un gran atractivo para intérpretes y público”, rubrica Altadill. Así sucedió con De la peste y otros males, una celebración diferente, sabia, didáctica y festiva, que llenó de contenido y excelente música los oídos del experto público que acudió a Siresa, también para saber más de su pasado y de la forma de ser y estar en nuestro sensible presente, aún en pandemia.

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