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Eduardo López Banzo (Al Ayre Español): “Su música sigue conservando un atrevimiento formal, una juventud y una belleza que la hacen rabiosamente moderna casi 350 años después de haber sido compuesta”

Al Ayre Español, agrupación que dirige Eduardo López Banzo. FICS

La noche del pasado jueves la iglesia del Carmen de Jaca acogió el estreno de In Aeternum, programado en el Festival Internacional en el Camino de Santiago que organiza la Diputación Provincial de Huesca (DPH). Este año, los maravillosos músicos de Al Ayre Español trajeron consigo un programa basado en la figura de Henry Purcell, todopoderoso autor del período barroco, “cuya música sigue conservando un atrevimiento formal, una juventud y una belleza que la hacen rabiosamente moderna casi 350 años después de haber sido compuesta”, destacó su director, Eduardo López Banzo.

Al Ayre Español se centra especialmente en la recuperación de obras camerísticas o de pequeño formato, repertorios infrecuentes que conforman un absoluto delicatesen para el que lo escucha, con objeto de “quitar telarañas de los oídos”, dice Banzo. Con fuerza y autoridad, en Jaca se descubrieron cinco sonatas de Henry Purcell. “Siempre se escucha su famoso Dido y Eneas, con suerte su King Arthur y, sin embargo, sus sonatas, de una belleza extraordinaria, permanecen ausentes tanto del repertorio de los músicos como de las programaciones”.

En relación con el tema de esta edición, El enemigo invisible, “inmediatamente pensé en Henry Purcell, que sufrió los efectos de una plaga terrible de peste en el Londres del siglo XVII, perdiendo en ella a su padre. Las sonatas que escribió unos años después, parecen evocar aquellos duros tiempos. Son muy poco interpretadas, posiblemente por su complejidad estilística, y tampoco se programan mucho, de hecho, es la primera vez que se escuchan en este Festival, casi me atrevería a decir en España, y sin embargo constituyen una de las cimas de la música de cámara del período barroco”.

Concierto de Al Ayre Español en la iglesia del Carmen de Jaca. FICS

El Carmen acogió la brillantez de las sonatas de Purcell y también las de Corelli —uno de los modelos en los que el joven Purcell se apoyó—, además de una pieza para violonchelo solo de Gabrielli y un par de obras para órgano de John Blow, al que Purcell le sucedió como organista en la Abadía de Westminster. Todas ellas, composiciones de gran categoría, pero la joya fue, sí, escuchar las sonatas de Purcell. “Las escribió a imitación de la música italiana, según el mismo reconoce en el prefacio a la edición de 1683, siguiendo la moda de compositores como Arcangelo Corelli, aunque dotándolas de un estilo propio que las diferencia notablemente de sus modelos italianos”.

Los violinistas Alexis Aguado y Kepa Arteche, el violonchelo de Aldo Mata y el contrabajo de Xisco Aguiló se fundieron con el órgano de Eduardo López Banzo para componer otro gran directo, brillante y memorable. Música diseñada desde la estética, e interpretada con meticulosidad y sumo detalle, fiel a su esencia, fiel a su estilo. Escucha, silencio y aplausos en el Carmen, a mayor gloria de Purcell y amigos, puesto que Al Ayre Español siempre ha procurado encontrar en su música aquello que en la partitura no se ve. De ahí, gran parte del secreto de su éxito: maestría, sensibilidad y búsqueda continua.

Interpretar el repertorio no era tarea fácil. Estilísticamente son piezas muy difíciles y comprenderlas, dada su complejidad, era todo un reto para los propios músicos. “Una vez se les da el enfoque adecuado aflora una profundidad inmensa, que convierte a estas sonatas casi en una música metafísica. Pienso que en una época donde la filosofía estaba en plena ebullición y en algún caso preparando los argumentos en que se basa la revolución política y social del siglo XVIII, la música no andaba tan lejana, buscando y encontrando sus propios argumentos ya en cierta medida alejados del puro entretenimiento”, subraya López Banzo. Así, por tanto, el repertorio jaqués reunió calidad, belleza y, también, interés histórico.

Tras su arranque en la iglesia del Carmen, Al Ayre Español llevará In Aeternum a San Sebastián y Lugo, y el año que viene tendrá, además, su propia gira. Para Banzo, remató con sentimiento, el Festival Internacional en el Camino de Santiago se distingue desde hace muchos años “por sus propuestas audaces e infrecuentes. Este año lo protagoniza la pandemia que aún estamos viviendo y que hemos ido incorporando a nuestras vidas, pues el covid-19 ha venido para quedarse entre nosotros. Un recuerdo a los seres humanos que sufrieron pandemias en el pasado, a través de los ecos que en la música escuchamos, es justo y necesario”.

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