La fractura (La fracture, 2021)
Duración: 98 min. País: Francia. Dirección:Catherine Corsini. Guion: Catherine Corsini, Agnès Feuvre, Laurette Polmanss. Música: Robin Coudert. Fotografía: Jeanne Lapoirie. Reparto: Valeria Bruni Tedeschi, Marina Foïs, Pio Marmai, Aïssatou Dialo-Sagna, Jean-Louis Coullo’ch, Camille Sansterre, Marin Laurens, Caroline Estremo, Ferdinand Perez, Clément Cholet, Ramzi Choukair, Norman Lasker. Productora:Chaz Productions.
Raf (Valeria Bruni Tedeschi) y Julie (Marina Foïs), una pareja a punto de romper, se encuentran en urgencias, al borde de la asfixia, la noche de una manifestación parisina de los chalecos amarillos. Su encuentro con Yann (Pio Marmaï), un manifestante herido y encolerizado, logrará que sus certezas y prejuicios vuelen en mil pedazos. Fuera, la tensión continúa creciendo. El hospital, bajo presión, debe cerrar sus puertas. El personal está desbordado. La noche va a ser larga.
Catherine Corsini (1956) es una directora de cine, guionista y actriz francesa. Ha trabajado realizando series y películas en televisión, hasta que en 2001 hizo su primer film, La Répétition (2001), nominado para la Palma de Oro en el festival de Cannes. El cine francés suele acertar en sus planteamientos sociales, como forma de plasmar qué está sucediendo, una radiografía del momento, como forma de dejar constancia para la posteridad. Corsini ha realizado películas de temática social, con profundidad, serias, pero siempre con un toque de humor, casi con aire de comedia, para llevarnos siempre al momento de crispación, en el que las risas se desdibujan. La fractura basa su planteamiento en el movimiento de los chalecos amarillos, que tuvo lugar en 2018, como protesta a la política de Emmanuel Macron y el alza en el precio de los combustibles, para enlazarlo con otra crisis, la del sistema sanitario y su colapso. Para retratar esta complicada situación, no sale a filmar a las calles incendiadas de París. Se centra en las consecuencias directas de lo que ocurre: un hospital colapsado y su personal sanitario a punto de abandonar. En el pasillo de urgencias, un grupo de personas al límite de sus circunstancias, cada uno con sus problemas, y recalcando que no hay medios para atender a todos los enfermos. Corsini utiliza la comedia para transportarnos a límites cercanos a la angustia, a la rabia y la ira de ver que algo no se está haciendo bien, y de lo que todos sufrimos las consecuencias.
Un film en el que su directora intenta desbaratar y romper algunos prejuicios e ideas preconcebidas, logrando que los espectadores pasen de la risa a la ternura, y de la rabia a la cólera. Una montaña rusa de emociones, en esta rotunda producción, que nos produce, al mismo tiempo, desazón e inquietud física y mental, culminando con un final devastador.