
Personal militar acondicionando el foso cubierto. SE
El pasado 16 de julio tuvo lugar, en la Ciudadela de Jaca, la celebración del 50+ 2 aniversario de la inauguración de las obras de restauración de la Ciudadela de Jaca. Esta conmemoración estaba prevista que se celebrara en el año 2020, coincidiendo con los 50 años, pero tuvo que ser aplazada como consecuencia de la pandemia que azoto a nuestro país por esas fechas. Por ello, a principios de este año se retomó la iniciativa para hacerla coincidir con la fecha más cercana, dado que fue el 19 de julio de 1970 cuando tuvo lugar el acontecimiento de referencia.
Dicha inauguración fue llevada a cabo por SAR el príncipe de España, D. Juan Carlos de Borbón, siendo esta su primera visita a Aragón nada más ser nombrado a suceder al general Franco.
El acto estuvo presidido por el coronel Francisco Rubio Damián, presidente del consorcio del castillo de San Pedro, así como del alcalde de Jaca, Juan Manuel Ramón, acompañados por diferentes autoridades del Cuerpo Nacional de Policía, de la Guardia Civil y del Coronel del Regimiento Galicia 64.
La jornada empezó con la recepción del coronel Rubio a los asistentes e invitados. Entre estos se encontraban familiares de los capitanes Osset y De Funes, que colaboraron con el general Gómez Oliveros en las diferentes fases de los trabajos de restauración. Así mismo acudieron hasta un total de 12 antiguos soldados que realizaron su servicio militar coincidiendo con las obras de la Ciudadela, de los 26 invitados, y entre los cuales se encontraba el autor de la escultura de Felipe II, Ramón Casadevall, el cual declino la invitación por la climatología.
Tras la recepción, el coronel Rubio dedicó unas palabras de lo que significaba la jornada y de lo importante que fueron aquellos trabajos de restauración y que supusieron sacar a la fortaleza del estado de deterioro que padecía. Así mismo evocó la figura del general Gómez Oliveros como impulsor de dichos trabajos y las de sus colaboradores los capitanes Osset y De Funes. Posteriormente tomó la palabra el alcalde de Jaca, que glosó lo que supone para la ciudad de Jaca la ciudadela como dinamizadora de la actividad turística y lo que repercute en su economía. También aludió a la importancia del Consorcio como elemento gestor y que hace que las diferentes administraciones se responsabilicen en sacar adelante todos los proyectos y vicisitudes con que se enfrenta día a día la fortaleza. Tras estas palabras, se trasladaron a visitar la exposición que bajo el título El cambio de una fortalezaEnrique de Funes preparó con diferente material procedente de archivos fotográficos de su padre, así como documentación relacionada con los trabajos de restauración que tuvieron lugar hace más de cincuenta años.
Destacan, entre otros, el boceto que debía servir para los trabajos de restauración y que inicialmente no contemplaba la instalación de la escultura de Felipe II. Así mismo cuenta con el boceto que sirvió de base para la colocación de la escultura. El modelo de espada que debía llevar la escultura y que confeccionó Francisco Juan, herrero jaqués. Y una serie de fotogramas que recogen la vista de SAR el príncipe de España para la inauguración. En la misma se exhiben, diferentes momentos de los trabajos de restauración en distintos puntos de la Ciudadela. Para la clausura de la jornada se ofreció un vino español a los asistentes dándose por concluido, de este modo, la jornada.
Cambios sustanciales en las troneras de los baluartes. SE
Trabajos de acondicionamiento del entorno de la espadaña. SE
Tal como se indicó, el acto contó con la presencia de diferentes antiguos soldados que participaron de distinta manera en los trabajos. Para localizar a los mismos, Enrique de Funes se valió de unos antiguos álbumes que guardaba su padre de los diferentes llamamientos que conformaban en cada momento la Cía. que estaba bajo sus órdenes, para ir localizándolos a través de las redes sociales o en los diferentes buscadores de internet y consiguiendo contactar con más de 30. Ello le permitió recabar diferentes testimonios de cómo fueron sus trabajos y cómo participaron en ellos. En su mayoría, los soldados eran procedentes de Cataluña, con presencia de algunos aragoneses, sorianos y vascos.
Los trabajos de restauración de la Ciudadela fueron consecuencia de la sensibilización del general Gómez Oliveros ante el importante estado de deterioro que presentaba la fortaleza, iniciándose los mismos en mayo de 1968 y prolongándose hasta el año 1970. Los trabajos consistieron en la consolidación de los lienzos de las murallas, saneamiento de las casamatas y recuperación de los baluartes, siendo de destacar la recuperación del antiguo polvorín y su cámara de aireación (que se descubrió accidentalmente). Así mismo se procedió a la demolición de edificios y construcciones anexas que nada tenían que ver con la fortaleza original que en su día concibió el arquitecto del rey Felipe II, Tiburcio Spanocchi. En este sentido fue fundamental la labor de documentación realizada por el capitán Osset, hombre estudioso e investigador que incluso se desplazó al archivo de Simancas para recabar cuanta información fuera precisa. Y por otra parte estaban las tareas propiamente de restauración que ejecutaba el capitán De Funes con los soldados bajo sus órdenes.
Francisco Juan, también conocido como “Paco el herrero”, confecciono la espada que luce la escultura de Felipe II. SE
Personal militar acondicionando las garitas. SE
Los recursos económicos eran tan escasos que ello obligó a recurrir al personal que realizaba su servicio militar en la Ciudadela, reforzado con personal procedente del Batallón Pirineos de Jaca, así como soldados de la agrupación mixta de ingenieros de Huesca. Si bien se contó en determinados casos con la colaboración de empresas civiles reforzadas con personal militar. A estas obras sucedieron otras complementarias que han ido modificando la fortaleza tal como la conocemos hoy en día y que no hubiera sido posible sin el esfuerzo realizado en los albores de los años 70 del siglo pasado.