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Los danzantes conmemoraron el centenario del dance de palos en la primera procesión post-pandemia

Los Danzantes de Santa Orosia, en su centenario, posando en la plaza Biscós. RICARDO GRASA

Los vecinos del entorno de Jaca, tres años después, han podido volver a mostrar su fidelidad y su arraigo por Santa Orosia, presenciando en un gran número tanto la procesión que partió de la Catedral y recorrió el casco histórico, como la muestra y la veneración de las reliquias en la plaza Biscós, que fue el momento culmen del día grande de las fiestas patronales.

Unas 500 personas se encargaron de dar colorido a la primera comitiva post-pandemia, durante la que la urna con los restos de Santa Orosia avanzó entre los devotos, bañada por la lluvia de pétalos y al ritmo del chiflo y el salterio, acompañada y protegida por los Danzantes de Santa Orosia, Os Baylados de Santa Orosia y el grupo de palos del Grupo Folklórico Alto Aragón.

Tampoco faltaron a la tradición los romeros de Santa Orosia y los cruceros, así como los representantes de las peñas y el resto de participantes en la ofrenda floral, algunos de los cuales lucieron trajes vinculados al campo de Jaca. Igualmente, la Hermandad del Primer Viernes de Mayo portó las urnas con los restos de San Félix y San Voto, y San Indalecio.

El obispo de Jaca y Huesca, Julián Ruiz, que desfiló con mascarilla, se ocupó de exhibir las reliquias de Santa Orosia, en presencia del alcalde, Juan Manuel Ramón. Al mismo tiempo, la Banda de Música, dirigida por Rafael Mayayo, y el Coro de la Capilla de Música de la Catedral cantaron el himno de la patrona, mientras actuaban los diferentes grupos y ondeaba el pendón de Santa Orosia.

Alberto Betrán, hermano mayor de la Real Cofradía de Santa Orosia, ofreció una valoración muy satisfactoria de los actos. “Sentimos mucha alegría al ver cómo ha sido la respuesta en general, tanto en la romería de Yebra de Basa, con todos los pueblos, como ayer viernes en Guasa y hoy en Jaca, donde hemos visto el mismo número de cruces que viene siempre”, explicó, agregando que el tiempo acompañó en esta fecha tan señalada, pues “ha sido un día espectacular”, de modo que “todo ha salido muy bien”.

La jornada festiva resultó especialmente emotiva para los Danzantes de Santa Orosia, que conmemoran el centenario del cambio de castañuelas por palos, datado en 1922, aunque el origen del grupo data al menos de comienzos del siglo XVII. Según uno de los danzantes con mayor bagaje, Pedro Larraz, el día se ha vivido “con emoción, porque había ganas” de volver a actuar tras la suspensión de la procesión en los dos últimos años.

Además, explicó que “el dance de palos está muy arraigado con la fiesta y la devoción a Santa Orosia”. Los Danzantes de Santa Orosia son unos 60, aunque solo desfila una pequeña parte; y algunos pertenecen a una quinta generación. Cuentan con tres grupos: el de los mayores, el de los jóvenes y los repatanes. Su idea es realizar algún acto conmemorativo del centenario a lo largo del presente año y posiblemente también en 2023.

Una vez concluida la muestra de las reliquias y la exposición del medio centenar de mantos dedicados a Santa Orosia, la comitiva regresó a la Catedral, donde se ofició una misa.

Galería de imágenes: RICARDO GRASA
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