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75 AÑOS

Junio 1947

Esteban Bilbao, presidente de las Cortes Españolas hace 75 años. SE

Dice muy bien «Heraldo de Aragón» en su editorial del miércoles: A nadie se oculta en estos momentos la trascendencia de la ley de sucesión a la Jefatura del Estado, aprobada por aclamación por las Cortes Españolas.

El magnífico discurso pronunciado por el presidente de las Cortes, D. Esteban Bilbao, en defensa del proyecto de ley, es suficiente para aclarar cuanto concierne a este importante asunto. Fue un estudio completo de la situación española, desde el punto de vista histórico y frente a todas las realidades políticas y sociales del momento. Lección de alta calidad para hacer comprender a los más reacios las razones por las que España, que ha sabido anticiparse a las legislaciones sociales más avanzadas, aspira a una monarquía legítima en sus principios y en su ejercicio, una monarquía social con funciones eminentemente sociales, como corresponde a nuestra tradición. Es por todo esto por lo que España no lucha por el derecho de los principios, sino por la existencia del pueblo, y si alguna nación tiene un hombre que la representa y la defiende con más lealtad, es la nuestra. Por lo tanto, la Jefatura del Estado corresponde al Caudillo, Franco, como una exaltación de la Cruzada que salvó a la Patria de las fuerzas del mal y después del peligro de la conflagración mundial y supo reconstruir nuestro solar y nuestra economía, representando siempre la verdad de nuestra política de nuestros sentimientos y de nuestros anhelos.

Puede asegurarse que los deseos más hondos y fervientes de los españoles se concentran en esos treinta y seis artículos de la ley de sucesión que acaba de ser aprobada por las Cortes y cuya defensa, hecha tan elocuentemente por D. Esteban Bilbao, debemos estudiar y mediar todos, ya que, a todos, sin excepción de ninguna clase, se nos llama al plebiscito nacional que ha de ser el referéndum de la nación al decreto aprobado por las Cortes.

Nadie, con plena conciencia de la realidad nacional, puede desentenderse de las razones alegadas en su discurso por el señor Bilbao.

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