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Jaca recuerda al conde Aznar con motivo del Primer Viernes de Mayo

Los escuadristas y autoridades en la foto de grupo en el panteón de nobles. EL PIRINEO ARAGONÉS

Mañana de alegría, sonrisas y fiesta en el Monasterio Viejo de San Juan de la Peña, en memoria del conde Aznar Galíndez, un acto que con el paso del tiempo se ha consolidado en la programación del Primer Viernes de Mayo y que siempre reúne a gran número de entusiastas de la Fiesta. Han pasado dos años de la última celebración en este espacio tan extraordinario como relevante, y por ello había ganas de participar y compartir el momento con los compañeros de las escuadras, los amigos y todos los jaqueses que han querido disfrutar del homenaje y recuerdo a la figura del conde Aznar.

El presidente de la Hermandad del Primer Viernes de Mayo, Carlos García, vestido como capitán de Artesanos, ha recordado al principio de su intervención que, aunque este año es uno más en la conmemoración de esta jornada, es también “diferente” a otras ocasiones, al ser la primera reunión después de la pandemia, un episodio que “los monjes de este monasterio ya conocieron porque seguramente les tocó vivir alguna”. García ha tenido palabras de recuerdo para las familias que en este paréntesis han perdido a sus seres queridos como consecuencia del covid, y ha excusado a los componentes del Cuarteto de Viento de la Escuela Municipal de Música y Danza de Jaca, que finalmente no han podido acudir a la ceremonia por precaución ante un posible contagio.

El alcalde, Juan Manuel Ramón, y varios concejales de la corporación municipal, entre ellos el síndico saliente, Daniel Ventura, y la síndico entrante, Olvido Moratinos, han arropado al conde Aznar, que por sexta ocasión recae en la persona de Miguel Carasol.

La secretaria de la Hermandad, Sheila Cantón, ha comentado que San Juan de la Peña, además de panteón real, es el lugar donde “se encuentran los restos de legendarios caballeros”, entre los que podrían estar los del propio conde Aznar, una posibilidad que como ella ha apuntado quedó abierta en 1993 cuando la historiadora Ana Isabel Lapeña Paúl, gran experta en San Juan de la Peña, encontró un códice del siglo XV en el que aparecía una relación de destacadas personas que en esa fecha los monjes creían que habían sido enterradas en el monasterio. La lista, después de citar a reyes, reinas e infantes, finaliza con la mención del conde Aznar “qui Iaccam et multa oopida ad fidem Christi revocavit”, esto es, “quien devolvió Jaca y muchas fortificaciones a la fe de Cristo”.

La cita no es una prueba irrefutable de que el conde Aznar pueda estar enterrado en San Juan de la Peña, pero ha servido de base para que en estas tres últimas décadas se celebre este acto de homenaje en el monasterio viejo.

Sheila Cantón se ha referido igualmente al estudio antropológico y genético de los restos de los reyes privativos de Aragón, realizado hace unos años por la catedrática de Medicina Legal y Forense de la Universidad de Zaragoza, M.ª Begoña Martínez Jarreta, que permitió analizar los restos de aproximadamente 70 sujetos. Si bien no fue posible determinar si entre ellos se encontraban los de los tres primeros reyes aragoneses (Ramiro I, Sancho Ramírez y Pedro I), debido a los avatares que ha sufrido el panteón real a lo largo de los siglos, uno de los hallazgos más sorprendentes fue la aparición de un grupo de personas que debieron ser inhumadas en tumbas excavadas en la roca en los siglos IX y X, relacionadas con el monasterio antes de su refundación en 1025, “cuya presencia cambia nuestra perspectiva sobre el entorno social en el que surge el linaje real aragonés”, según se recoge en las conclusiones que en su día elaboró Martínez Jarreta. “Se trata de un grupo que mantiene entre sí lazos familiares y características físicas y genéticas significativas. Algunos de ellos, posibles guerreros por su anatomía y sus lesiones y, desde luego, individuos de elevada talla y envergadura física que revela la robustez e impresionante aspecto atlético de estos primeros aragoneses”, describía la catedrática de Medicina Legal y Forense.

¿Por qué no pensar que entre estos restos pudieran encontrarse los del conde Aznar?”, ha especulado la secretaria de la Hermandad, al tiempo que ha manifestado su esperanza de que en un futuro la antropología y los nuevos estudios que puedan hacerse, aporten más luz sobre el origen de estos restos que se guardan en San Juan de la Peña.

Inicio del acto religioso en el Monasterio de San Juan de la Peña. EL PIRINEO ARAGONÉS

“Vaciedad de vaciedades”

El canónigo Valentín Garcés, que es el vocal delegado del Cabildo de la Catedral en el Primer Viernes de Mayo, también ha tenido palabras de recuerdo para los fallecidos durante los dos años de pandemia. Su alocución, antes del responso y la ofrenda floral en el panteón de nobles, se ha centrado en la fiesta, aludiendo a una lectura del libro del Eclesiastés (Antiguo Testamento), en el que se anima a los jóvenes a disfrutar de la vida mientras dure la juventud, un periodo tan efímero como intenso, pero sin olvidar que “niñez y juventud son vanidad”, “vaciedad de vaciedades, y todo vaciedad”, ha dicho. Es un pasaje, en el que “se hace una descripción de lo que es el ser humano durante su vida en la tierra”, un periodo en el que “hay tiempo para todo”, ha asegurado Garcés, que ha animado a los jaqueses a vivir plenamente el Primer Viernes de Mayo, “una fiesta especial, extraordinaria, que ya disfrutamos desde niños”. “Hoy estamos en un estado de fiesta, un momento en el que vivimos la vida con gozo”, ha añadido, para concluir diciendo que la fiesta, además de vida, también es “amor”, “necesaria para el ser humano”.

Tras esta reflexión, Miguel Carasol, que hoy portaba en el dedo un sello de acero inoxidable con la talla de una cabeza mora, ha depositado un ramo de flores en la tumba del panteón de nobles en recuerdo del conde Aznar. Al finalizar, los escuadristas han posado de manera distendida en la fotografía conjunta, primero en el panteón y luego en el claustro románico, que ya es costumbre cada víspera del Primer Viernes de Mayo. ¡Este año, sí, la Fiesta ha llegado!

Dos detalles del conde Aznar, Miguel Carasol, en la ofrenda floral y mostrando el sello de acero inoxidable en el que figura tallada una cabeza mora. EL PIRINEO ARAGONÉS

Fotografía en el claustro del monasterio, con la presencia de los escuadristas y autoridades presentes en el acto. EL PIRINEO ARAGONÉS
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