La villa de Echo retoma este domingo, 8 de mayo, el descenso de navatas del río Aragón Subordán, declarado Bien de Interés Cultural Inmaterial de Aragón, junto a las manifestaciones de similares características que se organizan cada año coincidiendo con el final de abril y principio de mayo en los ríos Gállego y Cinca. Los descensos están promovidos por los Nabateros de la Val d’Echo, Nabateros del Sobrarbe y Nabateros de la Galliguera, que, de esta forman, tratan de dar visibilidad a un oficio que era práctica habitual en el Pirineo aragonés y navarro hasta las primeras décadas del siglo XX. Con el deshielo y la subida del caudal de los ríos, en una época en la que no existían los embalses, era la manera más sencilla y económica de transportar la madera de los puertos de montaña hasta el Ebro y, de ahí, al Mediterráneo, donde se comercializaba con esta materia prima.
Los navateros chesos recuperaron esta tradición hace quince años y desde entonces no solo se ha mantenido, sino que ha ido creciendo. La pandemia obligó a suspender las dos últimas ediciones, por lo que este año se ha planteado como un periodo de relanzamiento y de transición de cara al futuro, más cuando se han producido algunas bajas entre los participantes.