La decisión de Candanchú de adelantar el cierre de la estación a este domingo 3 de abril, en vez de hacerlo al término de la Semana Santa, ha provocado un tsunami en el valle del Aragón, especialmente entre los empresarios y profesionales cuyos negocios y empleos están vinculados a este centro invernal.
Tras el anuncio realizado por la gerencia de Candanchú, a través de un comunicado de prensa emitido el domingo por la tarde, las reacciones de desaprobación por parte de los sectores afectados no se han hecho esperar y se han sucedido durante toda la semana. Hasta el presidente de Aragón, Javier Lambán, manifestó el martes su malestar al asegurar que “en Aragón hay dos estaciones privadas, una a la que el Gobierno de Aragón ha ayudado mucho y otra que desde el punto de vista empresarial es ejemplar”, en referencia a Candanchú y Astún, respectivamente.