Para ver este sitio web deber tener activado JavaScript en tu navegador. Haz click aqui para ver como activar Javascript

“Las fotografías expuestas en la presente edición del ciclo Jaca es Jazz pretenden hacerse eco de esa doble experiencia, que va de lo local a lo universal, del blanco y negro al color, en un viaje, incesante y sin reposo, de ida y vuelta”

Kiko Berenguer (saxo tenor), en el concierto realizado en la pista cubierta del colegio Escuelas Pías de Jaca el 27 de agosto de 2020. FABIO GALICIA

“Y dijo Dios: hágase la luz; y la luz se hizo. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas”. Podría haber inventado al mismo tiempo la fotografía, pero al parecer no estaba por la labor ese día. Porque la fotografía es eso, luz, una batalla por conseguir “la luz”.

La fotografía de conciertos, normalmente celebrados en lugares cerrados y oscuros, con luces potentes y cambiantes, de colores puros, con músicos que digitan a velocidades estenográficas, sabe mucho de esa batalla, del difícil equilibrio entre la apertura, la velocidad y la ISO, de los intentos por reducir el ruido, palabra que la música prestó a la fotografía.

La fotografía es luz, ya se ha dicho, y nació monocromática, y desde allí viajó, en pocos años y prácticamente sin retorno, hacia el color, hasta el punto de que resulta difícil (y caro, muy caro), encontrar en nuestros días cámaras que fotografíen exclusivamente en blanco y negro. El jazz, también en poco tiempo, abandonó el delta de su nacimiento, para extenderse, mestizo, a todos los rincones del planeta.

Las fotografías expuestas en la presente edición del ciclo Jaca es Jazz pretenden hacerse eco de esa doble experiencia, que va de lo local a lo universal, del blanco y negro al color, en un viaje, incesante y sin reposo, de ida y vuelta.

Se planteó la posibilidad de crear, como en juego, un doble lenguaje en el que las fotografías de los conciertos celebrados en la ciudad en distintas ediciones del festival, ocupasen un lugar central, principal, en color, en mitad de la sala, nucleando la vinculación de la ciudad con el jazz, y nació Jaca es Jazz. Rodeando estas fotos, diferenciadas por tratarse de imágenes en blanco y negro, una serie de tomas que pretenden resumir la universalidad del jazz pues están tiradas en diferentes localidades, en clubs y en festivales, a músicos de talla internacional y a otros de carácter más local, con diferentes instrumentos…, y se alumbró Stolen moments. Todas las fotografías son “momentos robados”, pero algunos de ellos lo fueron aquí, en Jaca, y fuimos testigos de ellos de primera mano, pues al fin y al cabo es de lo que se trata, de llevarnos cada uno de nosotros la instantánea única, irrepetible, que supone el asistir a un concierto de música en directo.

La fotografía y la música jazz son para mí dos aficiones que nacieron separadamente y cuyos caminos, confluyentes, coincidieron en el momento de un primer concierto.

Ernesto Aurignac (saxo alto). Centro Cultural Manuel Benito Moliner de Huesca, el 26 de enero de 2020. FABIO GALICIA

Pienso, quizá demasiado amablemente, que, desde aquellas primeras tomas, mis fotos han ganado en los encuadres, en el punto de vista, en expresividad, en la técnica de revelado…, y me da miedo haber perdido frescura, espontaneidad, atrevimiento. Sí que desde un principio decidí apostar por el blanco y negro para estas fotos, y nunca me he arrepentido de haberlo hecho; si bien es cierto que comparto en la red fotografías en color, mi colección personal está integrada exclusivamente por fotos en B&W. Creo que probablemente influyó en esta decisión inicial la herencia cultural del cine negro, los documentales de jazz, las fotografías de los grandes maestros (William Claxton, Lee Tanner, Ted Williams…) en las que me fijaba para aprender de los encuadres, para reconocer a los músicos, para asociarlos entre sí. El hecho de que el jazz, y también la fotografía en color, sean expresiones artísticas de vida corta, ha obligado a que más de la mitad de su camino en común lo hayan hecho por un camino de blancos y negros —no hay metáfora racial aquí— saturados. Existe también una intención estética en la utilización de este género fotográfico, pues más allá de una improbable reducción binaria, entre el blanco y el negro se extiende una infinidad de matices, de tonalidades, una gama cromática, que, bien armonizada… Releo estas últimas líneas y ya no sé si estoy escribiendo de jazz o de fotografía, si hago fotografías sincopadas o escucho la música en blanco y negro.

En cualquier caso, ahí están esos “momentos robados” en los conciertos, esos instantes-instantáneas, esas capturas improvisadas que, espero, si no gustan, cuando menos, entretengan.

La doble exposición Jaca es JazzStolen Moments puede visitarse en el Palacio de Jaca.

Firmado: FABIO GALICIA
Fotografías por orden de aparición: Kiko Berenguer (saxo tenor) en el concierto del Kiko Berenguer Quartet en la pista cubierta del colegio Escuelas Pías de Jaca (27 de agosto de 2020). Joan Chamorro (contrabajo, fotografía de portada), concierto del Joan Chamorro Quintet en la plaza de la iglesia de Castiello de Jaca (4 de julio de 2021). Gregory Porter. Sheila Jordan. Joe Lovano. Carola Ortiz Quintet. Ernesto Aurignac. Onella Mesple-Somps (voz). Noa Mur (voz). Nicki Parrot (contrabajo). Jorge Pardo (saxo tenor). Andrzej Olejniczak Quartet. Kiko Berenguer (saxo tenor). FABIO GALICIA
No hay comentarios todavía

Los comentarios están cerrados