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“El proyecto supone nuevamente descatalogar una zona de alto valor ecológico, dando cobertura a maniobras urbanísticas ambiguas”

Panorámica de Jaca en el entorno del río Gas. EL PIRINEO ARAGONÉS

El pleno del Ayuntamiento de Jaca, en la sesión celebrada el 22 de septiembre de 2011, dictaminó favorablemente la recalificación de suelo rural de la Granja San Isidro para convertirla en suelo urbanizable. El grupo de Ciudadanos no emitió un voto favorable, porque respeta el entorno paisajístico de la Jacetania. El rincón del que hablamos es un ejemplo de esos paisajes que se formaron con gran lentitud y que atesora demasiada belleza y valor como para ser destruidos o degradados del modo en el que se está haciendo. A estas condiciones desfavorables, se ha sumado el equívoco modelo consistente en una obsesión por urbanizar e industrializar todo. Ello ha llevado a la ruina de empresas deficitarias, que han sustentado su financiación con la urbanización de zonas periféricas recalificadas de rústicas a urbanizables. Aún no agotada la superficie industrial, la crisis estaba asegurada, pero las administraciones han ido colaborando con la ampliación de estas zonas o la hipertrofia urbanística de los pueblos del entorno, con el consiguiente destrozo paisajístico ambiental y patrimonial. Una imagen vale más que mil palabras; recuérdese el desastre urbanístico del Burgo de Rapitán, o lo acontecido actualmente en Martillué.

El proyecto de la Granja San Isidro supone nuevamente descatalogar una zona de alto valor ecológico, dando cobertura a maniobras urbanísticas ambiguas. Se pretende transformar la zona comunitaria del río Gas, de especial protección urbanística y paisajística, en urbanizable, en un complejo residencial de 125 apartamentos para personas mayores, justificando el interés social basándose en otras experiencias comparadas, ni siquiera adaptadas a las especificaciones territoriales como pirámides poblacionales, recursos económicos de nuestros mayores, condiciones climáticas, transporte a la ciudad, etc. Además, no constan en el expediente documentos de alcance del estudio de impacto ambiental, ni el número de empleos que va a generar, etc.

Hoy por hoy, existe suelo urbanizable más que suficiente. Además, hay otros proyectos en marcha amigables con la tercera edad. Mi propuesta es que el Ayuntamiento colabore con el proyecto para la tercera edad que está desarrollando Cáritas en el antiguo colegio de Santa Ana, sobre el cual no consta a día de hoy ninguna colaboración. En vez de invertir en la quimera del urbanismo, hay que invertir el dinero en solucionar las necesidades reales de nuestros vecinos mayores, en la estrategia de las personas mayores y en una ciudad más amigable, como vengo sosteniendo desde que sirvo como concejal.

 Firmado: MATILDE CAMPO (Portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Jaca)
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