Pájaros enjaulados (hasta que estemos muertos o libres). Bis wir tot sind oder frei (2020)
Duración: 118 min. País: Alemania. Dirección: Oliver Rihs. Guion: Oliver Keidel, Norbert Maass, Ivan Madeo, Oliver Rihs, Dave Tucker. Música: Beat Solèr. Fotografía: Felix von Muralt. Reparto: Marie Leuenberger, Joel Basman, Jella Haase, Anatole Taubman, Bibiana Beglau, Pascal Ulli, Beat Marti, Michael Schertenleib, Philippe Graber, Martina Schöne-Radunski, Roger Bonjour, Sophie Bock, Christian Weber, Deborah De Lorenzo. Productora: ARTE, Contrast Film y Hessischer Rundfunk.
Barbara Hug es una joven abogada que luchó contra el anticuado sistema penitenciario de Suiza en la década de 1980. Walter Stürm está preso. A menudo, escapa de la cárcel y se le conoce como el “Rey de las fugas”. Cuando los dos se encuentran, se forma una alianza insólita.
A veces consideramos a un país como paradigma de funcionamiento perfecto, en el que triunfan las libertades, y la democracia directa nos la han vendido como el summun de la perfección de un sistema social. Pero este film, refleja que “no es oro todo lo que reluce”. Bajo esa apariencia, casi diseñada por el marketing, de lujo, riqueza y derechos, Suiza tuvo en los años 80 un convulso enfrentamiento político, que llevó a las calles protestas y reivindicaciones, en busca de mejoras sociales. Realidad plasmada en Mis funciones secretas (Moskau Einfach!, 2020), mostrando cómo la policía suiza espiaba a sus ciudadanos más radicales. También el sistema penitenciario suizo era muy precario y con claras violaciones de los Derechos Humanos. Este film evidencia esa triste situación, basándose en el personaje real de una mujer abogada, Barbara Hug, y su lucha por las libertades. Contrastado con un personaje icónico de los años 80, Walter Stürm, convertido casi en un héroe, por sus ingeniosas fugas de prisión. Walter llega a ser una estrella de los medios y una imagen de la contracultura suiza, todo un símbolo de la corriente intransigente de extrema izquierda. Cuando ambos personajes confluyen en la trama, ella busca el cambio social, usando a Stürm para su causa de la reforma penitenciaria, y él solo para su propio beneficio. La relación que se establece entre ellos, supera lo profesional, para abordar la relación que llegaron a tener. Pero ambos mantienen un firme y claro deseo: libertad. Aunque desde perspectivas y motivaciones muy diferentes. Si los personajes parecen interesantes por sí mismos, los grandes actores que los encarnan, hacen de este film algo único. Actores suizos célebres, Joel Basman (El despertar de Motti Wolkenbruch), y la maravillosa Marie Leuenberger, encarnando un personaje que está a años luz de los clichés de género, con radiante magnetismo, y la gran capacidad de interpretar siempre con absoluta naturalidad.
Inusual producción, rodada cámara en mano, al estilo documental, otorgando más peso a los personajes que a la propia historia que nos están narrando.