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Un total de 26 vehículos de los años 60 al 80 han participado en las III Pistonadas Fin de Año organizadas por el Jacetania’s Classic Cars

El paso de los coches por las calles de Jaca ha levantado una gran expectación entre los viandantes. RICARDO GRASA

“Todo ha salido perfecto. Estamos muy contentos porque ha habido mucha expectación”. De esta manera ha resumido Alberto Ara, uno de los artífices de las Pistonadas Fin de Año, que organiza el Jacetania’s Classic Cars, la celebración de esta tradicional cita de Nochevieja, en la que los coches clásicos, modelos de los años 60, 70 y 80 del pasado siglo, toman las calles de Jaca para dejarse ver y recordar que hubo un tiempo en el que ellos eran los reyes de la carretera. Después de la suspensión de la edición del pasado año como consecuencia de la pandemia, había muchas ganas de retomar las Pistonadas por parte de los conductores, un grupo de amigos –una familia–, que comparten con pasión la afición por este tipo de vehículos, a los que cuidan y miman con cariño durante todo el año para poder lucirlos en días señalados como este.

El tiempo ha acompañado, buen sol y temperatura agradable, y, cómo no, el público tampoco ha fallado y se ha sumado a la fiesta animando a los conductores a su paso por las calles de Jaca y curioseando cuando, al final del recorrido, los vehículos han estacionado en la calle Mayor. Muchas personas han aprovechado el momento para hacerse fotografías y evocar aquellos viejos tiempos en los que ellos mismos estaban al volante de uno de estos modelos.

La principal novedad de este año ha sido una placa alusiva a las III Pistonadas que se ha colocado en el parachoques de todos los vehículos participantes. En ella, figuraba la edición y el título del evento, el número del participante y el nombre del club organizador, además de los principales colaboradores: Taller Mecánico Gállego, Talleres Echeverría y Más Gass, a los que Ara agradece su contribución, así como al Ayuntamiento de Jaca y a la Policía Local.

El recorrido ha comenzado a las 12:30 horas en la estación de ferrocarril y ha continuado por la avenida Juan XXIII, la calle San Bernardo y las avenidas Francia, Primer Viernes de Mayo y Regimiento Galicia, hasta la rotonda de la gasolinera, para regresar de nuevo por Regimiento Galicia y seguir por la calle Mayor y la avenida Jacetania, dando dos vueltas, con final en la calle Mayor, donde los coches han quedado expuestos.

Han sido 26 vehículos que tienen tras de sí una historia propia y que acumulan vivencias y anécdotas curiosas, algunas casi inverosímiles, que no siempre salen a la luz. Entre ellos, figuraban el Alpine A 110 de Alberto Ara, un deportivo de dos plazas del año 1969 del que en España solo llegaron a fabricarse unas 1.980 unidades, de las que quedan unas 300. Toda una rareza, un clásico que, en su época de mayor auge, ya era un “coche caro y exclusivo”, como ha recordado el propietario en más de una ocasión. Entre las marcas más icónicas y distinguidas que han podido verse en las calles de Jaca, figuraban modelos de las factorías BMW, Porche (un 911), Jaguar, Alfa Romeo y Mercedes. Y otros coches que siempre llaman la atención del público han sido los Seat, en sus diferentes versiones: 600, 850, 124, 132…, el Renault 5 Copa, el Simca 1000 o los Volskwagen (Escarabajo y Golf), por ser la imagen de una época de esplendor de la empresa automovilística en nuestro país, pero, sobre todo, por la nostalgia que provoca su recuerdo.

Menos comunes, aunque igualmente extendidos son los todoterrenos como el Jeep Comando, los famosos Willis americanos de la US Army o los Land Rover, que también han circulado en este 31 de diciembre, despertando a su paso añoranzas y vivencias de unos tiempos no tan lejanos. “Al final no deja de ser un museo al aire libre”, señala Alberto Ara, para el que el día “ha sido perfecto”.

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