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Se trata de 8,7 kilómetros de la A-23 que, junto a la variante de Sabiñánigo, permitirán la conexión directa entre Sagunto y Jaca

Vista aérea del enlace de Lanave, punto del que partirá el tramo que resta por licitar de la A-23. SE

El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) ha probado provisionalmente la finalización del proyecto de las obras de la autovía A-23 entre los tramos Lanave-Embalse de Jabarrella y Embalse de Jabarrella-Sabiñánigo Sur. De forma paralela, se ha dado inicio a un nuevo procedimiento de información pública al incluirse en esta actuación un semienlace que no estaba proyectado inicialmente, para que las posibles partes afectadas puedan presentar las correspondientes alegaciones, atendiendo a las indicaciones que marcan la Ley de Expropiación Forzosa, de la Ley de Carreteras, y la Ley de Vías Pecuarias. Finalizado el plazo, y una vez se analicen las alegaciones que se reciban, se procederá a la aprobación definitiva del proyecto y se licitarán las obras, según informó el MITMA a través de una nota de prensa, el pasado 23 de diciembre.

Desde su inicio en Sagunto, la autovía A-23 está finalizada hasta Lanave, en la cara norte del puerto de Monrepós, contando con un total de 394 kilómetros. Junto a la variante de Sabiñánigo, actualmente en construcción, el tramo Lanave-Sabiñánigo Sur permitirá cerrar el itinerario de la autovía Mudéjar entre Sagunto, en la provincia de Valencia, y Jaca, evitando así el cuello de botella que actualmente existe en la carretera N-330 y que implica retenciones de tráfico estacionales durante las temporadas de esquí y de verano, así como en puentes festivos y fines de semana.

Características técnicas del tramo

El nuevo tramo se inicia en el enlace de Lanave, ya construido, y tiene una longitud de 8,7 kilómetros entre ese punto y el tramo de 2,5 kilómetros ya construido y puesto en servicio entre Sabiñánigo Sur y Sabiñánigo Este. El presupuesto estimado de las obras asciende a 96,3 millones de euros.

La actual N-330 quedará en el futuro como vía de servicio de la autovía en todo el tramo, si bien será necesario ejecutar obras de reposición en varios puntos en los que la carretera interfiere con la autovía a construir.

El proyecto incluye la ejecución de un nuevo enlace en Ipiés y de un semienlace en Sabiñánigo Sur, al final del tramo. La velocidad proyectada es de 120 km/h en todo el recorrido.

Las estructuras principales a construir son dos viaductos sobre el río Gállego, de 270 y 183 m, respectivamente; dos viaductos sobre el canal de Jabarrella, de 120 y 147 m; y un viaducto sobre el barranco de Fanlo, de 69 m de longitud. Además, se disponen cuatro pasos bajo la autovía, dos pasos sobre ella y hasta 920 m de muros. Con estas obras, la permeabilidad transversal de la autovía queda garantizada, informa el MITMA.

Destacan en el proyecto las actuaciones de integración ambiental, con varios pasos de fauna, cerramiento perimetral, dispositivos de escape de fauna, delimitación y restauración de zonas afectadas por las obras, revegetaciones, plantaciones, gestión de residuos y programa de vigilancia ambiental.

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