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“La libra jaquesa sería una moneda de ámbito local-comarcal que tomaría su nombre de la que fuera durante siglos moneda de cuenta del Reino de Aragón. Sería una moneda complementaria, ya que no remplazaría al euro, sino que funcionaría en paralelo a él y se utilizaría en transacciones locales”.

Reproducciones de la moneda jaquesa en el pavimento de la calle del Carmen. EL PIRINEO ARAGONÉS

De que los Bonos Impulsa Jaca han sido un éxito no hay ya ninguna duda. Los vales han logrado estimular el consumo en un momento en el que era más necesario que nunca apoyar al pequeño negocio local. Cabe preguntarse, sin embargo, si se puede dilatar en el tiempo el efecto de estos estímulos y si existe la manera de aumentar su alcance. Las experiencias de otras localidades y regiones de España, Europa y el mundo demuestran que sí existe ese medio: la creación de una moneda local.

La libra jaquesa sería una moneda de ámbito local-comarcal que tomaría su nombre de la que fuera durante siglos moneda de cuenta del Reino de Aragón. Sería una moneda complementaria, ya que no remplazaría al euro, sino que funcionaría en paralelo a él y se utilizaría en transacciones locales. Al ser una moneda que sólo aceptarían productores, distribuidores, establecimientos, consumidores e instituciones públicas locales y comarcales –la libra podría aceptarse como medio de pago de tasas e impuestos–, favorecería los intercambios de proximidad. La libra jaquesa debería estar disponible en formato analógico y también digital, para asegurar el acceso a todos los públicos. La moneda sería convertible a euro y viceversa. Podría incentivarse su uso y circulación bonificando el cambio de euros a libras, penalizando el cambio de libras a euros y/o introduciendo una tasa de oxidación –una devaluación de la moneda en caso de no usarse en un determinado plazo–.

El uso generalizado de la libra jaquesa contribuiría a desglobalizar la economía y a localizarla, a movilizar recursos, conocimiento y valores locales, a expandir las redes sociales en el entorno más cercano, a evitar la especulación financiera, a favorecer la economía productiva y a hacer aflorar la economía informal. Las experiencias previas demuestran que la moneda local desincentiva la acumulación y el ahorro, favorece la circulación de la riqueza, genera economía local –con lo que ello supone para el empleo–, logra una mayor estabilidad financiera y contribuye a reducir la huella de carbono y a democratizar la economía financiera.

Una moneda es mucho más que una unidad de cuenta, un depósito de valor o un medio de pago. Una moneda es una forma de conocer el mundo que nos rodea y establecer relaciones con los demás. Por eso, nuestros gobernantes y nosotros como sociedad deberíamos considerar la posibilidad de crear una moneda local. Una nueva libra jaquesa contribuiría no sólo a estimular la economía más cercana a nosotros, sino también a hacer una sociedad y un mundo mejores.

Firmado: ÍÑIGO ENA SANJUÁN
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