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¿Qué elegir en consecuencia? No tengo la respuesta, pero quizá como orientación pudiera servir efectuar un análisis de lo que han hecho hasta ese momento no sólo los partidos que ya han gobernado y aspiran a repetir, los llamados mayoritarios, sino algo más importante, el comportamiento observado de las personas que los dirigen, sus antecedentes tanto en el ámbito de la política como en el de la empresa o en lo social.

El interrogante de a quién votar en unas elecciones. SE

Hace unos días un eminente politólogo publicaba un artículo en un diario regional en el que exponía la existencia de cierta falta de racionalidad de algunos votantes en las elecciones generales, bien por causa de ideas preconcebidas, bien influidos por la propaganda, o tal vez por otras causas.

Estoy de acuerdo con su afirmación, aunque me surge la pregunta de cómo lograr tal racionalidad, o expresado de otro modo, cómo lograr la necesaria y objetiva información que nos lleve a tomar una decisión conforme a razón, y no basada sólo en un sentimiento de afinidad u oposición.

Cabría buscar esa información en los programas electorales de los partidos, pero esto se ha demostrado inútil, puesto que lo expuesto en ellos no se suele cumplir en su totalidad. Los partidos con probabilidades de alcanzar el gobierno los confeccionan de modo que satisfagan al mayor número posible de electores, y los que no tienen tal posibilidad prometen el cielo a sabiendas de que no tendrán que darlo, a estos les bastarán unos pocos escaños para negociar con la mayoría y obtener algún rédito.

Existe también la posibilidad de prescindir de los programas y prestar atención a la ideología declarada por los partidos políticos: conservadores, liberales, socialistas, comunistas, etc. Tampoco sirve de mucho dado que, en la práctica, la política que los gobiernos de diferente signo llevan a cabo presenta pocas diferencias, tal vez las pocas que se observan responden a los pagos que deben a los socios extremistas de los gobiernos en coalición. Así, observamos partidos que se declaran socialdemócratas llevando a cabo políticas conservadoras por exigirlo la situación, o a partidos liberales con políticas intervencionistas para no debilitar el sistema de bienestar. Por tanto, tampoco parece ser un sistema muy fiable.

¿Qué elegir en consecuencia? No tengo la respuesta, pero quizá como orientación pudiera servir efectuar un análisis de lo que han hecho hasta ese momento no sólo los partidos que ya han gobernado y aspiran a repetir, los llamados mayoritarios, sino algo más importante, el comportamiento observado de las personas que los dirigen, sus antecedentes tanto en el ámbito de la política como en el de la empresa o en lo social. Este análisis quizá pueda darnos pistas de lo que harán si llegan a formar gobierno.

Por supuesto, y en búsqueda de la racionalidad citada, todo esto exige un esfuerzo para liberarnos de ideas preconcebidas.

Firmado: LUCIANO IBÁÑEZ DOBON
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