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“La peregrinación es un proceso de sanación que los humanos llevan practicando siglos. Aunque está fuertemente vinculada a la religiosidad, hoy en día muchas personas, independientemente de sus creencias, realizan la peregrinación como una forma de conocimiento, sanación y para practicar ciertos valores que están ligados a este término, como pueden ser la austeridad, la caridad y la solidaridad”

Un momento del concierto en la iglesia de San Martín, en Echo. MARÍA NAVAS

La iglesia de San Martín de Echo acogió el viernes, por segunda vez, un concierto de esta trigésima edición del Festival Internacional en el Camino de Santiago, organizado por la Diputación provincial de Huesca (DPH). Nada mejor para ilustrar el Camino que sus músicas y sus peregrinos. Por ello, el grupo Capella de Ministrers, de la mano de Carles Magraner a la dirección, trajeron su programa Peregrinatio, un repertorio creado en torno a los viajes y la figura de Ramon Llull.

El concierto comenzó con Carles Magraner (viella y violas) y Robert Cases (arpa, cítola, rubab y laúd) en el escenario, esperando a sus compañeros de ruta, Eduard Navarro (duduk, cornamusas, chirimía y chalumeau) y Pau Ballester (percusión) que se encontraban entre el público, acudiendo a la llamada de Jota Martínez (laúd otomano, laúd medieval, cítola, setar, guiterna…), quien se encontraba subido al púlpito. El inicio de un cruce de caminos que llevó a los allí presentes a recorrer distintos parajes, dejándose llevar por melodías llenas de ritmos y emociones. Músicas que podría haber escuchado el misionero y filósofo mallorquín en sus primeros viajes fuera de los territorios de la Corona de Aragón.

Explican desde la formación que “después de sus años de aprendizaje y de la fracasada experiencia de la fundación del Monasterio de Miramar, Llull cogerá personalmente las riendas de su proyecto y, a partir del año 1287, comenzará a viajar por todo el Mediterráneo para presentar sus planes de misionero a reyes y papas”. Itinerarios que nos llevan a escuchar composiciones francesas, españolas, griegas, del norte de África, Asia Menor… Algunas de las famosas Cantigas de Santa María, así como melodías de Oriente.

Sonidos y ritmos que trasladan a esas tierras, que crean paisajes sonoros, ambientes que elevan y hacen viajar por tierras lejanas, aunque nunca hayas estado allí. La formación valenciana fue enlazando unas canciones con otras, como un viaje sin descanso, camino tras camino, etapa tras etapa, realizando solo las paradas necesarias cuando las melodías alcanzaban una velocidad más intensa y el público no podía evitar ofrecer grandes aplausos.

Canciones para conmemorar el viaje de uno de los grandes teólogos. El viaje musical de aquel que, como comentaba Carles a los oyentes, escribió más de 200 libros, y que viajó por todo el mundo, pero, sobre todo, por el Mediterráneo, incluyendo zonas como Afganistán. Un país al que quisieron dedicar el concierto, por todo lo que han sufrido y están sufriendo. Un repertorio que aseguran busca “lo que buscaba Ramon Llull: la paz universal”.

Para él, cuentan, no servían las cruzadas, ni las espadas. Solo el verbo, la palabra. Palabras que toman voz en sus instrumentos, evocando este viaje en el tiempo el cual el grupo invitaba a realizar cerrando los ojos y acompañándolos. Carles quiso reconocer también la maestría de sus músicos, ya que, según declaró, estas partituras no dicen mucho por sí mismas, si no que son ellos quienes las hacen hablar con sus interpretaciones. Momento que aprovechó también para desear a su compañero de formación, Aziz Samsaoui —músico y director del Festival de Música Antigua de Granada—, una pronta recuperación. Además, propuso a los asistentes acercarse al escenario una vez finalizara el concierto —manteniendo la distancia interpersonal necesaria—, para conocer todos aquellos instrumentos más desconocidos. Proposición que el público aceptó agradecidamente.

La Capella de Ministrers en el concierto para recordar la figura de Ramón Llull. MARÍA NAVAS

Peregrinar como filosofía de vida

Capella de Ministrers ha querido rendir tributo a los caminantes y a los viajes de peregrinaje en este álbum Peregrinatio. Para ellos “la peregrinación es un proceso de sanación que los humanos llevan practicando siglos. Aunque está fuertemente vinculada a la religiosidad, hoy en día muchas personas, independientemente de sus creencias, realizan la peregrinación como una forma de conocimiento, sanación y para practicar ciertos valores que están ligados a este término, como pueden ser la austeridad, la caridad y la solidaridad”. Un viaje de conocimiento interior, de algún modo necesario en una sociedad tan rápida y estresante como la actual. “El peregrinaje ayuda a plantar objetivos y valorar qué es importante para uno mismo, qué necesita y quiere conseguir”, ilustran desde la formación.

Sin dejar de viajar por el Meditarráneo, Capella de Ministrers se encuentra preparando su próximo disco, dedicado esta vez a la música de la época de Alfonso V de Aragón, el Magnánimo, quien, mencionan, impulsó la cultura dentro de la corte napolitana, consiguiendo que Nápoles fuera una ciudad referente en la Europa del Renacimiento. El nuevo álbum, titulado Mediterrània, “se trata de un proyecto que entremezcla el Mediterráneo, lo napolitano y la música popular-culta para transportarnos a una época de esplendor para las artes, la música y la cultura”. Trabajos para mantener la música antigua activa. “Desde Capella de Ministrers se intenta retomar este impulso trabajando con una gran proyección internacional con el objetivo de que la música antigua pueda traspasar fronteras y que siga estando más presente que nunca”, comenta la formación valenciana, la cual lamenta las necesarias restricciones de aforo, deseando que esa ansiada normalidad vuelva de nuevo.

Los músicos de la Capella de Ministrers, en Echo. MARÍA NAVAS
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