«Las declaraciones del Gobierno aragonés no son muy alentadoras para una solución definitiva y ante ello se hace preciso denunciar que presumiendo de liderar la inversión en la nieve en España esta sea solo a través de Aramón»

Candanchú, vista de la estación en la temporada 2019-2020, antes de la pandemia. SE
Recién enviado el segundo artículo de esta serie, dos declaraciones me han empujado a enfocar éste de una forma más reivindicativa. La primera ha sido la moción, aprobada por unanimidad, del Pleno de la DPH instando a la DGA a crear una mesa de trabajo para analizar el futuro de Candanchú de la que formen parte la Diputación, los ayuntamientos de la zona, la Mancomunidad, empresas, sindicatos y representantes de Candanchú, Astún y Aramón. El objetivo es garantizar la apertura de Candanchú la próxima temporada y las sucesivas. En mi artículo anterior ya escribí que “la Diputación de Huesca, como la de Teruel, está infrafinanciada, que Teruel recibe al menos los fondos del FITE y que, en consecuencia, no debe contarse con que la DPH ponga la parte del león para la recuperación, aunque esté muy capacitada para liderar las gestiones”. Y sea la más sensible, añado ahora.
La segunda declaración es del dirigente empresarial Pedro Marco, y no tiene desperdicio. Recuerda que la Asociación Turística del Valle del Aragón presentó a la DGA un Plan para unir Astún, Candanchú y Formigal, con un posible enlace con Canfranc, que dio pie a una Declaración de Interés General de Aragón del Plan en 2013 y que desde entonces no ha habido avance alguno porque “no hay dinero”. Lo que no quiere decir que no se haya hecho nada en materia de nieve, ya que Aramón ha construido una silla en Formigal el año pasado y prevé otra; la ampliación de Cerler en Castanesa comienza y se prevé conectar por cable Benasque y la estación; en 2014 se estrenó una pista en Panticosa y la DGA financió la innivación artificial. Luego hay dinero y no se gasta de forma improvisada, sino que todo obedece a un plan. La DGA sigue considerado estratégico el sector de la nieve y aporta fondos para su desarrollo, pero esos fondos excluyen a las estaciones de este valle. ¿Cuál es el plan de la nieve del Gobierno de Aragón? ¿Cuándo llegará el momento de nuestro valle?
Hasta aquí el artículo me lo han dado escrito, pero las declaraciones del Gobierno aragonés no son muy alentadoras para una solución definitiva y ante ello se hace preciso denunciar que presumiendo de liderar la inversión en la nieve en España esta sea solo a través de Aramón.
Mientras se amenaza con el cierre de Candanchú, proliferan en el emprendedor valle del Aragón iniciativas emblemáticas, entre las que sobresale la recuperación de la estación de Canfranc y su entorno, en la boca del túnel carretero que forma parte de la Ruta Esmeralda Europea por la autovía A-23, por Huesca y los altos de Monrepós que, según Internet “está previsto se complete hasta la entrada al túnel de Somport. Así sea. Inaugurados ya los “hangares” de la terminal ferroviaria, no tardará en completarse el proyecto de la estación, cuya joya va a ser el hotel “de lujo” que, felizmente, tiene ya una empresa responsable de su explotación. En los mismos espacios se dispondrá de uno de los albergues para peregrinos del Camino de Santiago que jalonarán el valle, como el de Canfranc Pueblo, donde acaba de inaugurarse un albergue “5 estrellas”. Sobre la promoción del Camino por Aragón tengo que lamentar el contraste entre la abundancia de noticias en los medios aragoneses y su ausencia en los demás.
En Jaca se anuncia otra prometedora iniciativa con la conversión de los edificios y la finca de Larbesa en un conjunto hostelero de alto nivel, y en todo el valle proliferan instalaciones para usos culturales y deportivos. El llamado “Carretón de Ip” será una de ellas. Todo ello demuestra la pujanza de un valle pirenaico que es el único, si acaso con el también olvidado de la conexión directa entre Zaragoza y Toulouse, capaz de producir un desarrollo más rentable para Aragón. Excelencias que cito para aprovechar el momento para obligar a corregir a medio plazo el disparate vertebrador del último siglo, como el rodeo de la principal comunicación entre Cataluña y el Cantábrico por Monrepós. La amenaza de cierre de Candanchú tiene que servir de acicate para empujar y hacer rentables las estaciones de esquí y el hotel de la estación, para lo cual es muy urgente la unión de las estaciones de los valles del Aragón y del Alto Gállego. A la par debe trabajarse por un planteamiento global de la mejor y más ambiciosa trabazón de medios del conjunto, incluso, quizá, un funicular. Ninguna otra inversión en la nieve dará más dividendos al Gobierno de Aragón.
Queda por considerar la unión ferroviaria con Francia y las poco citadas referencias francesas a un nuevo túnel que desemboque en Villanúa y haga posible en su día una comunicación de rango europeo. El obligado acatamiento oficial a románticas consignas no ayuda.
Candanchú, hace casi un siglo, lo que pudo ser y no fue. Ya toca.