Han pasado 16 años del traslado del monumento de la Jacetania, que Ángel Orensanz concibió para la plaza Biscós, a su actual emplazamiento del Paseo de la Cantera. Aquel cambio de ubicación ya fue muy contestado en su momento porque se entendía que se desvirtuaba el contexto de la escultura y se daba la espalda a la única gran obra de arte contemporáneo que tiene Jaca. El propio Orensanz aseguraba que el traslado no solo era “un desacierto”, sino también “un gran error”.
El artista, afincado en París y Nueva York, sigue reafirmándose en sus palabras y piensa que el monumento debería volver a la plaza Biscós, más ahora que el Ayuntamiento de Jaca está estudiando acometer una remodelación de ese espacio para hacerlo más “amable” y atractivo. Sería una oportunidad “inmejorable” para devolver a la escultura todo su sentido e incluso que fuera el eje sobre el que se planteara la futura intervención urbanística, reconoce.
La pieza requiere de una profunda restauración, después de la desacertada actuación que se realizó antes de erigirla en su actual emplazamiento. La predisposición del escultor para acometer este trabajo “es total”, siempre que el Ayuntamiento de Jaca –como propietario que es de la pieza– financiara los trabajos, bien en solitario o en colaboración con otras instituciones.
Ángel Orensanz, artista reconocido internacionalmente, también está interesado en crear en su casa familiar de Larués, un centro relacionado con el arte. De momento es una idea inicial, en la que está trabajando. Con este fin, se puso en contacto con la Comunidad de Trabajo de los Pirineos (CTP), consorcio que se encarga de gestionar los programas europeos Interreg-Poctefa España-Francia-Andorra, para conocer las posibilidades de financiación que podría tener un proyecto de estas características. El director del consorcio, Jean Louis Valls, considera que la propuesta de Orensanz “tiene fuerza”, porque se trata de un artista muy reconocido internacionalmente, pero recuerda que para que salga adelante es necesaria la cooperación transfronteriza, con al menos dos socios –uno español y otro francés–, y elaborar un buen proyecto de cara a la nueva programación, el Poctefa 2021-2022, que se pondrá en marcha a finales de 2022.