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“Nuestro repertorio está inspirado en el libro de viajes El desvío a Santiago de Cees Nooteboom, un gran amante y conocedor de España”

Taracea en el concierto en la iglesia de Santa María de Santa Cruz de la Serós. MARÍA NAVAS

El XXX Festival Internacional en el Camino de Santiago, organizado por la Diputación Provincial de Huesca (DPH), volvió el pasado lunes a la localidad de Santa Cruz de la Serós, para ofrecer en su Iglesia de Santa María otro de sus grandes conciertos. Los aficionados a la música antigua disfrutaron de Taracea y su programa Desvíos a Santiago, una recopilación de piezas multiculturales que fusiona sonidos del pasado y del presente. Especializada en combinar música antigua con elementos de jazz e improvisación, la formación encandiló a los allí presentes con su amabilidad y virtuosismo, haciéndoles descubrir ritmos que los peregrinos podrían haber encontrado en su ruta a Santiago. “Nuestro repertorio está inspirado en el libro de viajes El desvío a Santiago de Cees Nooteboom, un gran amante y conocedor de España”, declaran sus creadores, afirmando que “igual que él, buscamos las carreteras secundarias que, aunque a veces te alejan del destino, te llevan a lugares inesperados y hermosos, llenos de poesía y silencio”.

De la misma manera que el escritor neerlandés hizo con sus lectores, Taracea supo guiar a los oyentes por esos caminos menos transitados, hallando piezas más desconocidas y de carácter popular, junto a otras de autores que ya resultan más familiares a los asiduos del Festival, como, por ejemplo, Hildegard von Bingen o Alfonso X el Sabio. “No puede faltar Alfonso X en su 800.º aniversario. También hay piezas de Heinrich Isaac, Juan del Encina, entre otros, llegando hasta el siglo XX con Faustino Santalices, gaitero y zanfonista mítico gallego”, destacan los músicos, que comenzaron con una composición de la mística alemana, y terminaron —antes de regalar una canción extra— con Urrundik, una obra tradicional vasca, asociada a la idea de volver a casa, y ver desde lejos el hogar al que se regresa.

Piezas medievales y renacentistas cantadas en diferentes idiomas —castellano, francés, euskera y gallego— por Isabel Martín, también al mando de la percusión, y acompañada por Rainer Seiferth y su vihuela; Belén Nieto y sus flautas; y Miguel Rodrigáñez con su contrabajo. La formación, establecida en Madrid, argumenta que “las melodías ancestrales se entremezclan con ritmos del folclore ibérico, instrumentos antiguos como la vihuela y las flautas de pico amplían su lenguaje habitual con vocabulario moderno prestado del jazz y de la música contemporánea”. Una grata sorpresa para el público que se animó a acudir a la localidad oscense y a dejarse llevar por este viaje inaudito y enriquecedor.

Los miembros de Taracea quisieron mostrar su agradecimiento al Festival y a todos los presentes, su fascinación por poder tocar en la iglesia románica, elogiando su fantástica acústica, y se ofrecieron a charlar amistosamente con cualquiera que estuviera interesado, una vez finalizara el concierto. Un lujo para todo aquel admirador de la música antigua y la improvisación.

Los músicos enseguida supieron conectar con el público asistente al concierto. MARÍA NAVAS

Estilos a través de generaciones

Cada vez es más la gente joven que descubre los prodigios que surgen de la música antigua, solistas y formaciones como Taracea, profesionales muy preparados con ganas de hacer más universal, si cabe, este tipo de composiciones, y de llegar a un público cada vez más amplio. “En España hay una escena de música antigua muy interesante y rica, cada vez más variada en sus maneras de enfocar la interpretación, desde lo más purista hasta fusiones nunca imaginadas”, comentan desde el grupo, que añade lo positivo que resulta esta variedad de estilos: “Paso a paso, este abanico se refleja también en la programación de los festivales, que atraen a un público muy variado y de diferentes edades. ¡Lo que hace falta para mantener la tradición viva!”.

Gracias a todo ello, la formación fundada en Madrid en 2018, tiene por delante varios conciertos y proyectos para mover este programa y el creado anteriormente, Akoé, cuyas presentaciones tuvieron que ser aplazadas tras su estreno en 2020, poco antes del confinamiento. “Aprovechamos bien el frenazo para crear el nuevo repertorio. Este año sí tenemos la suerte de participar en diferentes festivales, presentando ambos programas”, declaran ilusionados desde Taracea. Explican que Akoé, su disco debut, fue publicado por la importante discográfica francesa Alpha Classics, y que han recibido críticas estupendas a nivel internacional, animándolos a trabajar para poder llevarlo a distintos países europeos el año que viene.

Sobre su nuevo programa Desvíos a Santiago, cuentan que pudieron estrenarlo en el Festival de Música Antigua de Gijón, y que ahora están “felices de poder participar en el Festival Internacional en el Camino de Santiago. En septiembre participaremos en la Semana de Música Antigua de Logroño”. Su deseo, aprovechando que el Año Jacobeo continuará en 2022, es poder grabar un disco con este nuevo repertorio, y que todo el mundo pueda escucharlo próximamente.

Los componentes de Taracea, en Santa Cruz de la Serós. MARÍA NAVAS
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