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ATLETISMO

El corredor rebajó en más de 2 minutos el registro establecido en 1988 por Rafael García

Daniel Osanz durante la ascensión a Coll de Pal. RUBEN GRANE

Daniel Osanz sumó a su palmarés un nuevo hito en su carrera deportiva, al lograr la victoria y el récord de la Pujada a Coll de Pal, una de las pocas carreras verticales que se disputan íntegramente sobre asfalto en nuestro país. En una sufrida, pero calculada ascensión, el jaqués logró batir el mejor registro de la prueba que, desde 1988, ostentaba Rafael García (1:24:42) y establecer un tiempo final de 1:22:32, es decir, 2 minutos y 10 segundos menos, a un ritmo medio de 4:15 el kilómetro.

La Pujada a Coll de Pal (2.106 m) es una prueba de 19 km y 1.300 m de desnivel positivo que nació en 1984. Fue organizada por la asociación Amics del Atletisme de Bagà para celebrar la construcción del túnel del Cadí, que desde entonces une las comarcas del Alto Bergadá y la Cerdaña. Esta misma asociación sigue impulsándola actualmente.

Junto a la Subida Granada-Pico Veleta (50 km y 2.600 m +) y la Subida al Angliru (13 km y 1.300 m +), dos míticos puertos de montaña, son las únicas carreras verticales que existen en España sobre asfalto, siendo la de Coll de Pal la veterana.

La edición de este año tenía carácter especial ya que estaba restringida a ocho aletas de elite que disputan carreras de montaña y asfalto.

En categoría masculina, en la línea de salida se juntaron Aleix Domènech, campeón de Cataluña de trail en 2020; Xavi Tomasa, campeón de Cataluña de maratón en 2018; Roger Roca, tercero en la maratón de Barcelona de 2008 y con una marca de 1:03:57 en medio maratón, y Daniel Osanz, campeón mundial sub-23 de kilómetro vertical en 2019.

El cuarteto femenino lo conformaban la vasca Sara Alonso, Eli Gordon, Jenny Spink y Bárbara Ramón.

Las condiciones tanto en la línea de salida como en la meta eran de frío, con temperaturas entre los 6° y los 0°. La carrera empezó a un ritmo muy fuerte, donde los especialistas en asfalto se situaron en los primeros puestos, con Roger Roca a la cabeza. Osanz optó por regular la velocidad y tratar de ir remontando poco a poco, aprovechando el endurecimiento de la pendiente.

“Ha sido una salida muy rápida y he visto que no podía seguir el ritmo, pero entre el kilómetro 2 y 3 me he vuelto a enganchar”, contaba el corredor jaqués al finalizar la ascensión. En el kilómetro 5 ya encabezaba la carrera y en el 6 marchaba en solitario. “He seguido con mi ritmo, mirando mucho el reloj, no tanto para ver el tiempo, sino para mantenerme concentrado”, reconocía, para añadir que el último kilómetro se le hizo especialmente duro.

“Estoy muy contento, súper contento, porque venía de un tiempo bastante largo en el que me costaba [competir]. Tenía esperanzas [en la prueba], pero también muchas dudas”, aseguraba.

Osanz explica que salió “con confianza”, con el objetivo de batir el récord en esta carrera “espectacular, muy dura y con un desnivel constante”.

En segunda posición se clasificó Xavi Tomasa, que batió el récord de Rafael García en 15 segundos, entrando a casi 2 minutos de Osanz; mientras que la tercera plaza se la adjudicó Roger Roca, que marcó un tiempo 8 segundos por encima del mítico récord.

En la prueba femenina, con victoria de Sara Alonso, también se logró el récord de la prueba que ostentaba Quima Casas (1:24:42) desde 1994. La atleta vasca, en una carrera con menos diferencias que la masculina, consiguió un tiempo de 1:40:21, apenas un minuto menos que sus rivales. Todas las corredoras femeninas lograron entrar por debajo del récord.

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