El Regimiento «Galicia» de Jaca recibió en sus instalaciones a la familia que sufrió el incendio de Casa la Rubia
Entrega a la familia del diploma de la Jura de Bandera civil. REGIMIENTO GALICIA
Hay gestos humanos que hablan por sí solos y que se mantienen de por vida en la memoria de las personas que los reciben. El pasado 5 de marzo, el Regimiento de Infantería «Galicia» 64 de Cazadores de Montaña de Jaca acogió en sus instalaciones a la familia que el pasado 3 de enero perdió todas sus pertenencias y gran parte de sus recuerdos en el incendio que devastó la tercera planta de Casa la Rubia, edificio modernista de principios del siglo XX ubicado en la avenida Primer Viernes de Mayo.
Se da la circunstancia de que dos de las personas que habitaban la vivienda habían participado en la última Jura de Bandera para personal civil organizada por el Regimiento «Galicia» con motivo del centenario de su llegada definitiva a Jaca.
Cuando representantes de la unidad contactaron con ellos para ofrecerles su apoyo, la familia les transmitió su pesar por haber perdido en el incendio el diploma que les acreditaba como “jurandos”, además de varias camisetas deportivas que formaban parte de la colección de prendas militares que habían ido atesorando durante años.
Conmovidos por este testimonio, el Regimiento tomó la iniciativa de invitarles a conocer las instalaciones del acuartelamiento San Bernardo, que alberga la Plana Mayor de Mando, donde fueron recibidos por el Jefe de la unidad, acompañado de una representación del «Galicia» 64. Tras reiterarles su apoyo, aprovechó el momento para restituirles parte de las camisetas deportivas que habían perdido, el diploma de jurandos y la bandera mochilera del Regimiento «Galicia», “como muestra de agradecimiento por el cariño que esta familia siempre ha mostrado hacia esta unidad”, señalan.
La familia ha querido expresar también su agradecimiento por la manifestación de cariño recibida de los mandos y el personal del Regimiento en un momento tan complicado para ellos. Reconocen que fue una experiencia “muy emocional” e “inolvidable”, un momento que nunca olvidarán por la “sensibilidad” con la que fueron tratados y las muestras de afecto que recibieron. “Es un gesto que perdurará en nuestra memoria de por vida”, aseguran.