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50 AÑOS

Marzo 1971

Accidente del tren de mercancías en el puente de L’Estanguet en 1970. Archivo SANTIAGO PARRA

El 27 de marzo de 1970, en un accidente de tráfico ferroviario de mercancías, se hundió el puente llamado de l’Estanguet, en las proximidades de la villa de Bedous, a unos 25 kilómetros de nuestra frontera. La lánguida vida de nuestro ferrocarril internacional se agravó enormemente y en estos doce meses está atendida por servicios casi ocasionales, mediante autobuses que salen de Canfranc, remontan el Somport y permiten a los escasos viajeros insertarse en la red francesa desde Bedous hacia Oloron y Pau para encontrar ya las grandes líneas hacia París o hacia Suiza e Italia por el Este.

El eco de este acontecimiento se ha sentido principalmente aquí, en Canfranc y Jaca, y se ha pretendido extenderlo a nuestra capital oscense y a Zaragoza. Gratitud debemos a cuantas autoridades han apoyado a nuestras reiteradas peticiones para que se actúe cerca de Francia y se restablezcan el puente y el tráfico por el túnel, ya un año silencioso e inútil. Destaquemos la labor del Consejo Sindical Interprovincial del Ebro, y a su presidente, D. Santiago Pardo Canalis, que al acoger este tema y designar ponencia que preside D. Juan Lacasa, no han cejado en la labor, provocando en Huesca, Canfranc y Pau, y esperamos que próximamente en Jaca mismo, sucesivas reuniones de altas representaciones. Sin todo ello, el Canfranc habrá muerto irremisiblemente ya.

Igualmente se debe gratitud a la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, de Zaragoza, presidida por el Excelentísimo Señor Don Miguel Sancho Izquierdo, tan vinculado a Jaca, que organizando reciente breve ciclo de conferencias ha hecho aparecer el tema intensamente en la prensa de Zaragoza.

Sabemos que al presente prosigue la negociación entre Madrid y París y que existen gestiones muy concretas para asegurar un mínimo de tráfico de mercancías y una mejora de los decaidísimos servicios de viajeros. Esperamos confiadamente que la encomiable labor de cuantos dedican su tiempo y su entusiasmo al Canfranc no resulte vana y veamos restablecido el tráfico hispano-francés que tanto hizo soñar a nuestros padres y a nuestros abuelos.

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