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La decisión ha sido recogida en un decreto firmado por los obispos

Procesión del Encuentro en la Semana Santa de 2018. MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ

Las seis diócesis aragonesas han emitido un decreto comunicando la suspensión de todos los actos y celebraciones de Cuaresma y Semana Santa, previstos para los próximos meses de marzo y abril. La decisión, que ha sido comunicada por cada diócesis, se ha adoptado teniendo en cuenta las circunstancias excepcionales provocadas por la pandemia del covid-19 y la alta incidencia de los contagios y de la enfermedad. También se han considerado las previsiones para los próximos meses, “después de ser consultadas las autoridades civiles y sanitarias y oídos los órganos competentes”, según figura en el decreto promulgado por el obispo de la diócesis de Jaca, Julián Ruiz Martorell.

Este será el segundo año consecutivo en el que no habrá actos de Semana Santa, después de la cancelación de los de 2020 debido a los mismos motivos.

Se suspenden todas las actividades y celebraciones organizadas por parroquias, hermandades y cofradías, asociaciones u otros grupos de fieles, que tengan carácter de culto externo, y en general, todos aquellos en los que se haga uso de la vía pública en toda la diócesis de Jaca. “Esto implica también que no se podrán utilizar, ni siquiera, los exteriores de los edificios para realizar cualquier tipo de concentración o de acto de culto; todo ello hasta que no se tome otra decisión al respecto y se comunique oficialmente”, indica el prelado.

En su lugar y, particularmente en lo que se refiere a diferentes actos y estaciones de penitencia, “se seguirán los subsidios litúrgicos e invitaciones que la propia diócesis, las delegaciones episcopales, parroquias, cofradías y asociaciones ofrecerán oportunamente para vivir en profundidad el tiempo de Cuaresma y de la Semana Santa”, añade.

Julián Ruiz invita a que durante este periodo se celebren “con una especial espiritualidad los cultos internos, eucaristías y actos de piedad que se realicen, siempre teniendo en cuenta las medidas sanitarias de protección y aforo establecidas tanto por la normativa diocesana como por las autoridades civiles”.

Del mismo modo, y teniendo en cuenta que la Semana Santa no queda suprimida, el obispo exhorta “a todos los grupos eclesiales y fieles cristianos de la diócesis a vivir con verdadera profundidad las celebraciones litúrgicas, y especialmente el Triduo Pascual”.

Julián Ruiz destaca finalmente la labor “evangelizadora y social” que realizan las hermandades y cofradías de la diócesis.

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