Duración: 132 min. País: Estados Unidos. Dirección: David Fincher. Guion: Jack Fincher. Música: Trent Reznor y Atticus Ross. Fotografía: Erik Messerschmidt (B&W). Reparto: Gary Oldman, Amanda Seyfried, Arliss Howard, Charles Dance, Tom Burke, Lily Collins, Tuppence Middleton, Tom Pelphrey, Ferdinand Kingsley, Jamie McShane, Joseph Cross, Sam Troughton, Toby Leonard Moore, Leven Rambin, Madison West, Adam Shapiro, Monika Gossmann, Paul Fox, Jessie Cohen, Amie Farrell, Alex Leontev, Stewart Skelton, Craig Robert Young, Derek Petropolis, Jaclyn Bethany, Arlo Mertz. Productora y distribución: Netflix.
Película sobre Herman Mankiewicz, guionista de Ciudadano Kane, uno de los films más conocidos, y que siempre está situado entre los 10 títulos más valorados de todos los tiempos. Mank repasa el proceso del rodaje de la obra maestra de Orson Welles, dirigida y estrenada en 1941. Ya tuvimos anteriormente la oportunidad de aproximarnos a él en RKO 281, dirigida por Benjamin Ros donde nos narraba los avatares de tan controvertida producción.
Asistimos a una época en la que se revisan muchos personajes, algunos con más interés que otros. Este biotopicsobre Mankiewicz, aporta una nueva e interesante visión sobre el guionista. Es el regreso del director de El club de la lucha, David Fincher, con un proyecto personal, dado que toma como base un guion escrito por Jack Fincher, padre del director. Comenzaremos alabando los puntos fuertes del film: una fotografía en blanco y negro, que nos rememora el cine clásico de los años 30, recreando la atmósfera del Hollywood de la Gran Depresión. También una recreación perfecta, con decorados que nos transportan a esa época, con una extraordinaria dosis de realismo. Sobresaliente actuación de Gary Oldman, con un retrato ácido, quien no cae en excesos durante su actuación, y supera algunos ligeros momentos en los que la historia se le queda corta.
Los puntos débiles de este film, recaen en un uso excesivo del flashback, de esos pasos atrás en el tiempo, que no aportan demasiado. Minelli era un gran maestro del uso de esta técnica narrativa, pero siempre agregaba o resolvía una pequeña historia, mientras que en Mank, no conducen a ninguna parte. Falta más espacio para los grandes secundarios: David O. Selznick, Irving Thalberg y Louis Mayer, con un parecido innegable a los personajes que interpretan.
Esta producción comparte un cierto paralelismo con El último magnate, de Elia Kazan, centrada en la figura del malogrado Irving G. Thalberg, y pueden existir ecos de otro gran film sobre guionistas, Barton Fink.
En definitiva, película técnicamente perfecta, dotada de un gran reparto, junto a una magnífica fotografía, que enlaza perfectamente con Ciudadado Kane. Así, David Finch ofrece un gran y muy personal homenaje al cine, que puede convencer más a los críticos que al resto de los mortales, a pesar de que la narración no termina de ser suficientemente rotunda, y el simple interés por la personalidad de Herman Mankiewicz, no basta para justificar sus más de dos horas de metraje.