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El trabajo de investigación y recuperación de José Ángel Gracia ha sido recogido en una publicación editada por la Comarca del Alto Gállego

Isabel Manglano, consejera de Cultura de la Comarca del Alto Gállego, y José Antonio Gracia, autor de la publicación COMARCA ALTO GÁLLEGO

El área de Cultura de la Comarca del Alto Gállego ha editado la publicación Dance, gaitas y gaiteros en el folclore de la villa de Biescas, de José Ángel Gracia Pardo. Se trata de un trabajo de investigación que se recoge en el segundo volumen de la colección comarcal A Gabardera y que fue presentado el pasado viernes en Sabiñánigo por el autor y la consejera de Cultura, Isabel Manglano.

El texto publicado está basado tanto en encuestas de tradición oral como en documentos escritos inéditos, y da a conocer el antiguo dance y la pastorada de Biescas, datada esta última en 1844. Un testimonio que permite reconstruir el antiguo dance a santa Elena gracias también a partituras de las mudanzas que se reproducen y junto a abundantes fotografías de los músicos intérpretes del mismo.

José Ángel Gracia explica en la publicación el recorrido realizado para tratar de reconstruir el dance a través de los testimonios de los escasos informantes locales existentes. El punto de partida es el año 1984, cuando el investigador serrablés Enrique Satué Oliván, que entonces estaba elaborando su tesis doctoral, entrevista a Enrique Aínsa Aso, de casa Balentín (sic) de Biescas, quien le proporcionó la primera y única referencia que se poseía en torno al dance de Biescas. “Le habló sucintamente, desde el recuerdo de su niñez, del propio dance, de los gaiteros que interpretaban su música, de las festividades en que se bailaba… todo ello en una grabación magnetofónica que no superaba los seis minutos de duración”, explica. Si bien las personas cercanas a Satué, entre ellas el propio Gracia, eran conocedoras de este documento, no fue hasta 2014, cuando deciden examinar su contenido y realizar un trabajo de campo tratando de buscar más testimonios que ofrecieran nuevas pistas sobre el desaparecido dance de Biescas. Se realizaron quince entrevistas, pero los resultados “no fueron los deseados”, al menos en cuanto al propósito principal del proyecto, “no así en cuanto al recuerdo que se mantenía de músicos y gaiteros, que en general fue más satisfactorio”, señala. Los datos recogidos fueron publicados, bajo el título En torno al dance de Biescas, en el boletín número 15 de la revista Erata, correspondiente al año 2015.

El autor de la publicación comenta que, cuando todo se daba ya por cerrado, en la primavera de 2017, “un hallazgo sorprendente” vino a aportar nuevos datos sobre el dance y otros aspectos del folclore pelaire, a la vez que corroboraba en gran medida lo anteriormente estudiado. “Se trata de las memorias de Enrique Aínsa Lalaguna, padre de Enrique Aínsa Pardo, informante que Enrique Satué entrevistó en 1984 y primera persona que daba noticia del dance de palos en Biescas. Esas memorias se empezaron a redactar el 2 de agosto de 1936, apenas unos días después de que diera comienzo la Guerra Civil, por lo que en ellas son inevitables las continuas alusiones tanto a la contienda como a los bandos involucrados. No obstante, queda espacio para hablar de la sociedad pelaire de la época, de antepasados de la villa, de costumbres, de religión, de Santa Elena y también, cómo no, de folclore. Así, el texto aporta abundantes datos sobre el paloteo (sic), los gaiteros, los espacios donde se bailaba: en fin, una valiosísima información de primer orden acerca de un tema prácticamente inédito”, apunta.

Tras estudiar estas memorias, decidieron retomar las entrevistas y finalizar el trabajo de campo oral puesto en marcha en 2014. Se hicieron media docena de entrevistas más a otros tantos informantes y un compendio de las partes relativas al folclore de las memorias de Enrique Aínsa Lalaguna, que unieron a los resultados de la anterior investigación, para emprender un nuevo estudio que fuera una compilación de todo lo conocido en lo referente al dance y al folclore en general en la villa de Biescas, cuyo resultado es el trabajo que ahora ha visto la luz.

En las consideraciones finales, José Ángel Gracia reconoce que, a primera vista, no deja de sorprender que, aparte de las memorias de Enrique Aínsa Lalaguna y de la entrevista realizada a su hijo en 1984, “no existen prácticamente referencias claras en relación con el dance. Una de las razones de esta falta de datos, es que tras la Guerra Civil “Biescas quedó total y absolutamente destruida” y “se borró todo vestigio del pasado”.

“Así, no es de extrañar que tras semejante devastación no quedase ni rastro del dance, máxime cuando llevaba ya varias décadas desaparecido. No hubo ningún costumbrista al que le llamasen la atención el coloquio y la vistosidad de este tipo de baile. Ni siquiera los pirineístas, que tanto gustaban de glosar las costumbres de las gentes de este lado del Pirineo, repararon en esta manifestación folclórica”, apunta.

Tampoco se hace mención en los cancioneros ni en la prensa local o provincial. Entre esas fuentes, el autor cita a El Pirineo Aragonés, donde existe “abundante información sobre los actos festivos que se realizaban con motivo de la romería de Santa Elena de Biescas, pero ninguna referencia al paloteao. La noticia más antigua relacionada con los festejos celebrados en honor a santa Elena data de 1883, un año después de la creación del periódico”, concluye.

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