Presentación del libro en el Palacio de Congresos. En la imagen, Sergio Sánchez en el atril, y Montse Castán, Olvido Moratinos, María Goikoetxea e Inés Abad, en la mesa. EL PIRINEO ARAGONÉS
La presentación del volumen Mujeres, migración a la modernidad cerró los actos del Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra la Mujer
La presentación del libro Mujeres, migración a la modernidad, del periodista y editor jacetano Sergio Sánchez, cerró los actos organizados este año en Jaca con motivo del Día Internacional de la Erradicación de la Violencia contra la Mujer. La fecha inicial prevista era el 24 de noviembre, la víspera de esta jornada reivindicativa, pero por la situación de la pandemia se decidió retrasarla, tal y como se hizo con el resto de la agenda cultural del Ayuntamiento de Jaca.
El acto se celebró finalmente este martes 1 de diciembre en el Palacio de Congresos, y la respuesta del público –mayoritariamente femenino– fue la esperada, ya que se completaron las plazas disponibles en el Auditorio José Antonio Labordeta.
La presentación contó con la asistencia de la presidenta de la Comarca de la Jacetania y alcaldesa de Ansó, Montse Castán, la concejal delegada de la Mujer en el Ayuntamiento de Jaca, Olvido Moratinos, la directora del Instituto Aragonés de la Mujer (IAE), María Goikoetxea, y dos de las colaboradoras del libro: la historiadora oscense Irene Abad y la ansotana Elena Gusano (esta última, residente en Madrid, participó a través de un video que había sido grabado previamente). Sergio Sánchez coordinó el acto de una manera amena y distendida, intercalando sus comentarios sobre el contenido y el porqué de este libro con las intervenciones de las mujeres invitadas. Previamente, agradeció el respaldo institucional a este proyecto editorial, el primer monográfico que da continuidad al Almanaque de los Pirineos. “El apoyo ha sido sobresaliente”, aseguró, en referencia al patrocinio del Instituto Aragonés de la Mujer, la Diputación Provincial de Huesca y el Ayuntamiento de Jaca, y a la colaboración del Ayuntamiento de Ansó y las comarcas pirenaicas de la Jacetania, el Alto Gállego y el Sobrarbe.
Tema tratado con sensibilidad
María Goikoetxea explicó que la participación del IAM en este proyecto estuvo clara “desde el primer momento” y agradeció la sensibilidad con la que Sergio Sánchez ha tratado el tema de la mujer. “Es importante que cuando se habla de las mujeres, se haga de manera rigurosa”, y “Sergio trazó una línea de colaboración y de trabajo con sensibilidad para afrontar un proyecto de estas características”, aseguró.
“La historia de las mujeres ha sido ocultada, se ha hecho invisible. Hemos crecido con las historias que nos han contado los hombres, y por eso la importancia de proyectos como este que hablan de mujeres que hicieron cosas importantes y desconocidas”, subrayó.
“Este libro es un reconocimiento, un homenaje a todas las mujeres trabajadoras en distintos ámbitos y que han hecho posible que todas nosotras estemos ahora aquí”.
Montse Castán, en su doble condición de presidenta comarcal y alcaldesa de Ansó, una de las localidades de las que proceden varias de las historias recogidas en la obra, reconoció que “Ansó siempre ha creído en un recopilador de historias como Sergio”, de ahí el apoyo a libro. Al igual que hizo el autor, y desde su condición de mujer que no es nativa de la villa ansotana, comentó que desde siempre le ha llamado la atención el papel del matriarcado en la cultura de Ansó. “Tiene una potencia impresionante”, porque “la mujer es la que tira de la vida social, familiar y cultural del pueblo”, afirmó.
Olvido Moratinos, en la línea de sus dos predecesoras, apuntó que “desde que el proyecto se puso encima de la mesa, no hubo duda en apoyarlo. Fue algo indiscutible, más aún viendo la fecha en la que iba a presentarse”, en referencia al Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra la Mujer.
“El libro recoge momentos importantes que son un claro ejemplo de los cambios sociales y los derechos que poco a poco hemos ido adquiriendo las mujeres”, indicó Moratinos, que resaltó la importancia de dar visibilidad al papel de la mujer en la sociedad actual como camino para “alcanzar la igualdad real” con los hombres en todos los ámbitos de la vida: la empresa, la cultural, la ciencia y también la política. “Se ha avanzado mucho, pero todavía sigue habiendo grandes desigualdades porque la mujer, a diferencia de los hombres, siempre tiene que demostrar su valía”.
Historias de abuelas
Irene Abad, que colabora en el libro con el artículo titulado Mi abuela no fue depurada, señaló que la obra de Sergio Sánchez es uno de esos trabajos que permiten que “la historia de género migre hacia la modernidad”. “Por nuestra empatía de género, parecía que nosotras éramos responsables de sacar a la luz estas historias, y cuando es un hombre el que da ese paso, es algo maravilloso”.
Esta es una de las razones que le animaron precisamente a participar en el proyecto; otra, la posibilidad de contar la historia de su abuela María Rivera –maestra durante la II República–, a través de un relato personal en el que deja de lado su condición de historiadora y que le valió para reflexionar sobre la memoria “como instrumento útil que sirve para acercar el pasado al presente”; y para darse cuenta de que, a veces, los hechos que nos cuentan o que hemos conocido no coinciden realmente con lo sucedido. “Mi abuela siempre me dijo que a ella no la depuraron, y así lo creía, hasta que un día, después de su muerte, tratando de encontrar información sobre la vida de la académica y política oscense Encarnación Fuyola consulté el libro de maestras depuradas depositado en el Archivo Histórico Provincial de Huesca. De pronto, me asaltó la sorpresa al leer su nombre: María Rivera Laplana había sido depurada”, contó Irene Abad.
Para Elena Gusano, Mujeres, migración a la modernidad es un libro “bonito por dentro y por fuera y que transmite esa cultura pirenaica tan nuestra”. En su caso, recurre igualmente a la memoria familiar, la de sus dos abuelas ansotanas que, como otras mujeres de aquella generación, “recorrieron España vendiendo té”. Su relato, contado en primera persona, le ha servido para “cerrar el círculo” en torno a los testimonios que ambas le transmitieron a lo largo de su vida. “Tal y como ellas me contaron sus historias, lo hago yo aquí”, explicó Gusano en el video grabado en su casa de Madrid.
“El caso de las vendedoras de té ansotanas, es único en España”, en una época en la que “la movilidad era de familias enteras o de hombres, pero no de mujeres solas”, comentó. Estas mujeres, que llamaron la atención de intelectuales como Joaquín Sorolla o Benito Pérez Galdós por sus llamativos ropajes, pertenecían a familias pobres y tenían escrito su destino desde su nacimiento. Para obtener el sustento, tuvieron que irse fuera, vendiendo té, “trabajo que aportaba poco beneficio y que además era peligroso”, apuntó Gusano, que dijo que para conocer la historia de estas mujeres ha sido necesario recurrir a las hemerotecas y al legado que dejaron en forma de obras artísticas escritores y pintores que sintieron curiosidad por ellas. “A las mujeres no se le reconocía ningún oficio, por lo que no se puede buscar información sobre ellas en los papeles”, es decir, en los archivos de la administración, comentó.
Dos canciones
La historia de las vendedoras de té sirvió de inspiración a Emma Sánchez, hija del autor del libro, que cerró el acto interpretando dos canciones de creación propia que compuso al conocer las historias que su padre había recogido para este trabajo editorial. Fue una sorpresa para los asistentes, si bien tuvo que ser a través de un video, al no poder hacerlo presencialmente debido a la pandemia. Acompañándose de la guitarra, interpretó primero un tema titulado Misceláneo, en homenaje a las maestras depuradas durante la guerra civil y que habla del gato que fue inmortalizado por Joaquín Maurín en una serie de relatos escritos en 1937 en la cárcel de Jaca. A continuación, puso voz a Abuela y nieta, una canción que lleva el mismo nombre que uno de los lienzos pintados por Sorolla durante su estancia en Ansó, con la que se cerró la presentación.